Cambios psicológicos experimentados por los adolescentes

Los cambios psicológicos que atraviesan los adolescentes son muy complejos, tanto pare ellos mismos como para los adultos. Es importante tener una comunicación entre padres e hijos para lograr comprender esta etapa y brindar el apoyo necesario. Sigue leyendo para que tengas una mejor idea de cómo hacer esto.

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Cambios psicológicos en los adolescentes

Muchas investigadores han desarrollado estudios y explicaciones respecto al proceso de evolución y cambios en el cuerpo humano adolescente. Por ello, en esta ocasión estaremos abordando un área igualmente importante que se modifica en la etapa de la adolescencia: la psiquis.

Esto se refiere a la manera de pensar, comprender, analizar y reaccionar ante sí mismo y el mundo externo a nosotros. Para comprender estos cambios psicológicos, resulta importante avanzar progresivamente en el tema, por ello lo abordaremos de manera desglosada. Encuentra aquí más información sobre las etapas de la adolescencia.

Proceso de independencia

Cuando uno es niño, depende totalmente de su familia. Es una característica totalmente normal y natural de la niñez. Por la cabeza de un infante no se cruza siquiera la idea o conceptualización de hallarse por fuera de su núcleo familiar. De hecho, ni siquiera lo comprendería en primera instancia. Las decisiones definitorias de su vida, aún están en manos de sus representantes, en su mayoría.

Luego, con la llegada de la adolescencia, empiezan a llegar también los primeros deseos de independización familiar y privacidad general. Centran y guían al joven cada vez más hacia la individualización y adultez.

Entonces, se empiezan a evidenciar conductas de distanciamiento, impotencia, rebeldía, poca comunicación, entre otras. Es importante destacar que estas características varían totalmente, puesto que cada persona es diferente. Eso sí, son algunas de las más comunes.

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Dicho de una forma más directa y concisa, el antiguo niño empieza a tener aspiraciones individuales y plantearse objetivos y actividades que no involucra a su familia, independientemente del porqué. Mira cuáles son los cambios emocionales en la pubertad.

Algunas personas no consideran éste como uno de los cambios psicológicos, pero sin duda lo es, ya que no sólo queda allí. Estas ansias de independizarse van aumentando, aunque con inseguridad: “¿Podré valerme por mí mismo?”. Es normal y, además, entendible. Es decir, siempre ha estado bajo el resguardo y amparo de sus padres, por lo que en realidad, es muy cuestionable tal incógnita.

En este sentido, se deben cumplir algunas condiciones vitales para poder tener certeza de que la independización será un éxito. Las primeras, son la determinación y toma de decisiones, ambas muy necesarias para seguir adelante solo. La segunda, estabilidad emocional y conocimientos básicos para subsistir, igualmente fundamentales. Y por último, fuente de ingresos y estabilidad económica.

Todo adolescente debe estar al tanto de estos factores para poder tomarse en serio su futura independencia, con una noción clara y basada en la realidad. Sin embargo, antes de pasar a este gran paso, la independencia debe desarrollarse paulatinamente, empezando por situaciones sin mayor complejidad, para luego ir tanteando aquellas que no son tan sencillas ya.

Queda entonces del niño, demostrar que puede valerse por sí solo, así como los padres deben permitirle su separación sana conforme sea correspondida con lo que va demostrando.

Integración en su grupo de amistades

Este punto está estrechamente relacionado con el anterior. Sería sumamente brusco y difícil pasar de una dependencia total bajo el cuidado de la familia, a una independencia completa antes de tiempo. Entonces, para que este proceso no sea traumático y logre ser efectivo, el o la joven debe empezar a conformar sus propios grupos cercanos fuera de casa, con personas contemporáneas a su edad.

Ello no significa abandonar absolutamente a su familia, sino empezar a aventurarse, conocer otras personas, compartir con ellas, tener experiencias grupales, aprender de otras crianzas, valores y personalidades. Es decir, convivir con individuos fuera de casa y amoldarse a las condiciones y situaciones dadas.

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Uno de los grandes beneficios de este paso es el desarrollo de una confianza total, la identificación con otras personas que muy probablemente están pasando por lo mismo y la libertad de poder sincerar y decir las cosas sin temor a los prejuicios o regaños a los que está predispuesto en la casa.

La afinidad con las personas de edades cercanas es normal en los cambios psicológicos, lo cual se irá intensificando, de hecho. Por tal razón, es crucial que como padres, entendamos este momento de su vida, en donde no mostrará gran acercamiento hacia la familia y sí hacia sus grupos de amistades. Esto no significa que los integrantes del hogar dejaron de importarle ni mucho menos.

Algunas figuras paternas se sienten ofendidas por estos comportamientos, dejándose llevar por los celos y la indignación, a tal punto de incluso mantener distancia con el/la adolescente cuando éste/ésta intenta acercarse luego. Vendría siendo una actitud de “Te alejaste antes, así que ahora me alejo yo”, lo cual es, aparte de inmaduro, perjudicial para el adolescente.

La familia debe ser amparadora, comprensiva, apoyo fiel y constante, por encima de los disgustos o, más aún, de los cambios psicológicos de los adolescentes por los cuales todos pasamos.

Cambios psicológicos del pensamiento

Ésta es, sin duda, la característica más marcada y relevante dentro del proceso evolutivo de la adolescencia.

Durante la niñez, tenemos un pensamiento concreto, una manera sencilla de percibir e interactuar con las cosas del día a día. Nos centramos en lo que tenemos en el momento, en el ahora, lo que podemos palmar y testificar.

No le damos tanta importancia a lo que deseamos a futuro, lo que queremos ser, hacer o dejar de hacer. A lo sumo, sólo existen un par deseos a largo plazo sumamente fugaces, manifestados como antojos.

Ahora, una vez llegamos al piso de la adolescencia, esta forma de pensar empieza a cambiar y bastante rápido. Obtenemos un pensamiento abstracto, incierto, ya que percibimos la realidad pero sólo como una posibilidad inmersa en un universo de posibilidades.

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Empezamos a acudir reiteradamente al “¿Y si…?”, en donde pensamos lo que pasó, lo que está pasando, lo que pasará y sobre todo, lo que hubiese pasado, lo cual nos complica psicológicamente cada vez más.

Sin embargo, no todo es negativo o complejo en estos cambios psicológicos. También adquirimos la capacidad de crear hipótesis, teorías que puedan responder el “¿por qué?” de algo, dando pie posteriormente a la experimentación y corroboración de lo que dictaron las conclusiones.

Esto acarrea un desarrollo avanzado de la inteligencia. Ya no se necesita estar en la presencia de una cosa para pensar en ella, o para deducir las consecuencias simples luego de hacer algo.

Aparte, estas modificaciones en la psiquis ayudan a pensar de una manera más crítica y premeditada. En la niñez, “porque sí” suele ser la respuesta de muchas explicaciones, lo cual se debe ir amoldando a la madurez y desarrollo que se van adquiriendo en la adolescencia, sobre todo las decisiones de la casa se deben exponer con detalles.

Esto será de gran ayuda para el adolescente, sobre todo en su próximo núcleo familiar en donde será él o ella, quien deba decidir y explicar las decisiones.

Autoanálisis: ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Cómo debo ser?

Dentro del abanico de cambios psicológicos y emocionales producto de la adolescencia, la búsqueda de la identidad propia seguramente es la tarea más compleja que debe afrontar un individuo.

Esto es más profundo de lo que muchos piensan, ya que es definir la esencia, las pasiones, gustos, pasatiempos y vocaciones, entre otras tantas cosas. Se encuentra en un intermedio entre la niñez y la adultez, una delgada línea inestable que necesita definirse y hacerse firme.

Por otra parte, se encuentra una sociedad que en muchas ocasiones no sabe comprender ni cómo abordar a los adolescentes. Así se entorpece entonces su formación y hallazgo de la identidad propia. Cabe recalcar que las figuras que cada adolescente percibe como “ejemplos a seguir”, juegan un papel importante en la definición del “¿Quién soy?” y “¿Qué quiero hacer con mi vida?”.

Resulta muy importante, además, construir una autoestima sólida en los niños, de manera que al pasar por la adolescencia, no sucumba ante las críticas de otras personas y pueda seguir el rumbo hacia lo que le apasiona y realmente quiere.

Buena parte del “¿Cómo soy?” de cada quien, se ve directamente influenciado por la autoestima y reconocimiento propio. Esto es complementado por lo que otras personas expresan, manifiestan o dicen de la persona, aparte del trato mismo y el cómo lo hagan sentir.

Entendiendo esto, siempre será una tarea trascendental para los padres el brindar seguridad, soporte, valor y aprecio en los niños. Esto se verá reflejado en una autoestima sólida, positiva y sana.

Como se dijo en líneas anteriores, la rebeldía es uno de esos componentes que suelen condimentar la adolescencia. Analizar, procesar y refutar las normas, decisiones o solicitudes de cualquier tipo puede ser bastante frecuente. No obedecerlas sin más.

Esto da paso a enfrentamientos, inconformidades, impotencia. Nada de esto es agradable, aunque sí puede traer consigo buenas enseñanzas, como los límites de cada uno y conocer las ocasiones en las que ceder.

Por último, se recomienda en estos casos dialogar, razonar con los adolescentes todas las decisiones y aspectos, llegar a acuerdos en la medida de lo posible y evitar todo lo que se pueda el “Porque yo lo digo”. Otro tema que no debes dejar de leer es sobre el enamoramiento en la adolescencia.

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