Cuando eres niño lo que más anhelas es crecer para poder hacer cosas que no te están permitidas durante la niñez; como trabajar, comprar todo lo que te gusta tener, ir a las fiestas solos y tomar tus propias decisiones, pero a medida que vas creciendo hay etapas en la vida, que debes pasar como parte de tu desarrollo y una de las más importantes es sin duda la preadolescencia; descúbrelo todo sobre ella con nosotros.
¿Qué es la preadolescencia?
En la vida hay varias etapas de crecimiento que comienzan desde que naces hasta que mueres, como es el caso de la infancia que va desde que llegas al mundo hasta que cumples cinco años de edad, seguidamente esta la niñez; que es una de la que más que disfrutan los seres humanos, ya que durante ella comienzan a descubrir, jugar y divertirse; a esa edad no importa nada, porque no existen obligaciones ni preocupaciones que les impidan ser felices. Quizás quieras aprender de remedios para la alergia al polen
Luego pasas a la preadolescencia; una etapa de tu vida en la que comienzas a dejar de ser niño y comienzas a prepararte para ser jóven; una época dentro de la cual tu cuerpo experimenta algunos cambios como parte del proceso fisiológico normal de la adolescencia; puedes disfrutar tal como lo hacías de niño, pero muchas de las emociones ya no las sientes de la misma forma, pues te preparas para iniciar otra etapa de tu vida.
La preadolescencia es la etapa donde dejas de ser niño y pasas a convertirte en joven; es un este cambio que se presenta entre las edades de los diez y trece años de edad, es un periodo muy corto ya que te estas preparando para el desarrollo y comenzar a ser adolescente; por lo que como se comentó anteriormente, vives una serie de cambios tanto físicos como psicológicos, los que debes ir aceptando de forma gradual.
Cambios de la preadolescencia
El cuerpo de un preadolescente ya no tiene los mismos rasgos de un niño, aunque todavía no llega al desarrollo, ni ha experimentado los cambios completos del adolescente; generalmente en estas edades las mujeres están físicamente más desarrolladas que los hombres, por lo tanto es más frecuente apreciar estos cambios con mayor rapidez en las niñas que en los niños.
La preadolescencia es un proceso natural de todos los seres humanos; responde a la necesidad de adquirir propiedades físicas y sexuales para pasar a la etapa de adolescente y posteriormente llegar a ser una persona adulta, completamente formada. Pero antes es indispensable vivir esta etapa, ya que te prepara para poder hacer frente a tus cambios, sin que ellos te afecten emocionalmente.
- Cambios físicos de las niñas: lo primero que notamos en las niñas cuando empieza la preadolescencia es el aumento sus pechos; su crecimiento no es rápido pero si diario; se observa el abultamiento de pezón mamario y del seno en general. El vello axilar y púbico suele aparecer unos meses después del el aumento de los senos, también empiezan los desordenes hormonales y aunque no estén desarrolladas comenzarán a tener acné en la cara y experimentar cambios frecuentes de humor.
- Cambios físicos de los niños: los cambios físicos y emocionales en los varones es diferente a las hembras, lo primero que se puede apreciar es el crecimiento de sus testículos; su vello púbico empieza a verse después de meses, mientras que el vello axilar en menos tiempo. Los niños aumentan de estatura y su masa corporal aumenta. Pueda que te interese leer un cuento sobre pulgarcito
Las niñas antes que los niños empiezan a pensar diferente y a ser mucho más maduras; les preocupa el cómo vestirse o cómo se ven, suelen tener cambios de humor hay días que no salen de su cuarto y no hablan con nadie.
Los padres siempre deben estar presentes en estos cambios que se vienen dando lentamente en sus hijos e ir aconsejandoles, mediante charlas con ellos para que no les tome por sorpresa los cambios que de forma natural están presentando.
Además de los cambios psicológicos, físicos y el desarrollo sexual que es normal en esta edad. La preadolescencia también está acompañada del crecimiento intelectual del niño, lo que le impulsará a convertirse en un adolescente.
En ocasiones el joven no quiere salir de su niñez y se presentan complicaciones como las del infantilismo; una etapa donde el niño no quiere convertirse en adolescente, quiere seguir jugando en casa con muñecos en vez de salir a dar caminatas con amigos de su edad.
Esto lo podemos apreciar tanto en niños como en niñas y sin duda para muchos jóvenes es difícil de superar, por lo que requieren de la orientación de sus padres o familiares más cercanos.
Los cambios psicológicos en los niños suelen tardar un poco más que en las niñas, pero llegan con preocupaciones, cuando son jóvenes que no miden el peligro o no tienen la capacidad para determinar si sus actos tendrán consecuencias.
Esta etapa para ellos es delicada, pues suelen ser susceptibles e influenciables y si no se les orienta adecuadamente, pueden errar su camino, antes de aprender a razonar o tomar consciencia por sí mismos.
Con la adecuada orientación, los niños al igual que las niñas; comienzan a ver el futuro con más seriedad; comienzan a sentir nuevas aspiraciones, inclinándose por otras actividades que sustituyan los juegos, se preocupan por salir adelante, tener estabilidad económica, comprar objetos que les resultan atractivos como los teléfonos y tener amistades que pueden terminar en un romance.
Comienza despegarse cada vez más de sus padres, sustituyendo en muchos casos, este vínculo por el formado con sus amigos o siendo parte de un grupo donde se sienten aceptados y cómodos. Estos jovenes tendrán a su lado personas que podrán influir sobre ellos y formarán parte de su nueva personalidad, es entonces donde comienzan los problemas con sus progenitores.
En este caso los preadolescentes buscan encajar en una determinada sociedad de jóvenes, donde sean tratados como lo que son y se sientes felices de pertenecer a grandes grupos de amigos donde comparten y viven nuevas y emocionantes experiencias.
Sugerencias para una mejor convivencia con preadolescentes
Primero que nada se debe respetar sus decisiones y no interponerse en ellas o al menos hacerles entender, mediante razones de peso, cuando sus acciones no van por buen camino.
Esto es necesario para evitar que ellos piensen que se les quiere seguir controlando como niños; por lo cual al observar su conducta y sus estados de ánimo; si percibes algún cambio negativo para tu hijo, lo recomendables es aconsejar y darle varias opciones de solución a su situación , sin que ellos sientan que se les quiere controlar.
Los abuelos en este caso también pueden opinar y ayudar a los padres a entender mejor a los hijos, muchas veces pueden hablar con mayor libertad, pues se ganan la confianza de estos preadolescentes; en cuyo caso su orientación puede ser determinante en su conducta o forma de pensar.
Otra recomendación es tratarlos como adolescentes, así sus hijos tendrán la misma confianza que han sentido hasta el momento; debes aprender a escucharle y darle la razón si la tiene, esto mejorará su relación.
No obstante sigue siendo indispensable establecer ciertas normas para prevenir problemas y conflictos; negociar con el adolescente y brindarle esa seguridad que necesita para comenzar esta nueva etapa de su vida.
La mejor manera de convivir con un preadolescente, es brindarles seguridad y bienestar, intercambiar ideas para mejorar su relación y permitirles tener nuevas experiencias; siempre y cuando no se pongan el peligro.
Para los padres los hijos siempre serán niños pequeños e indefensos, así sean unos adultos con hijos, pero el apoyar sus decisiones y aconsejarlos les será muy útil a medida que pasen por las diferentes etapas de su vida, ya que al final y a pesar de que crezcan, nunca dejarás de ser sus hijos.