Lealtad, todo lo que debes conocer sobre este valor y más

Uno de los valores más bonitos que puede tener una persona es la lealtad. Es uno de los principios morales que involucran a otros, por lo que es importante desglosarlo. Continúa leyendo para que conozcas lo necesario sobre este valor y se lo puedas compartir a los más pequeños de la casa.

Lealtad

¿Qué es la lealtad?

La lealtad es una especie de sentimiento o impulso de respeto, devoción, o compromiso que tiene una persona hacia otra. También puede ser hacia un animal, comunidad, organización, cosa o principio moral. Es un término que tiene un origen latino, la palabra “legalis”, cuyo significado es el “respeto a la ley”.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la lealtad puede tener varias definiciones. Una de ellas está relacionada con el cumplimiento de lo que indican las leyes, como la fidelidad y el honor.

También puede ser vista como la gratitud o el amor que puede sentir una persona hacia algún animal de compañía, o incluso hacia sí mismo. Una tercera definición implica que la lealtad es un sinónimo de legalidad, así como realidad o verdad.

Hay otra definición de lealtad en el Enciclopaedia Britannica, que hace referencia al juramento de amor, fidelidad y servicio al rey o al gobernante. Esto es extensivo también hacia la familia real. El sentimiento de lealtad también tiene su opuesto.

Es decir, lo contrario a lealtad, sería la traición. Así, tenemos que una persona leal es también honrada, noble, honesta, mientras que el que es desleal, es traicionero, deshonrado y mentiroso.

La lealtad como valor

La virtud de la lealtad conlleva diversos valores y principios morales. Pero, en líneas generales, puede decirse que engloba un compromiso y respeto, junto con obediencia y gratitud hacia algo o alguien. En este sentido, hay quienes piensan que se puede ser leal exclusivamente a alguien, pero otras personas consideran que es un sentimiento más amplio.

La lealtad es uno de los pilares de una amistad verdadera. Sin este componente, faltaría algo para terminar de generar confianza y cercanía entre los amigos. Los otros valores que deben estar presentes son la sinceridad, fidelidad, comprensión y honestidad, entre otros. El amor es la base de todos los valores, por eso también te recomendamos que leas nuestro artículo sobre el valor del amor para niños.

¿Cómo es una persona leal?

Las personas leales son también fieles, dedicadas y comprometidas con sus ideales y lo demuestran con su comportamiento. Esto se demuestra incluso cuando ocurre una situación adversa.

Seguramente has escuchado alguna vez la frase que dice “el perro es el mejor amigo del hombre”. Y es que, como hemos dicho antes, la lealtad puede ocurrir ¡hasta en los animales! Por eso es que sobre todo los perros, los gatos, o los caballos suelen demostrar afecto y gratitud cuando una persona los trata amablemente.

Alguien leal no te dará la espalda o atentará contra tu integridad o deseos. La lealtad hacia un grupo u organización social también está regida por los principios de esa comunidad y los intereses compartidos de quienes forman parte de ella.

¿Y cómo es alguien desleal?

Las personas que no conocen o no practican el valor de la lealtad, por lo general tienen las siguientes conductas:

  • Critican constantemente: se concentran en resaltar los defectos o puntos débiles de los demás.
  • Revelan los secretos de otras personas: si les piden guardar un secreto, las personas desleales hacen caso omiso y lo revelan. Así rompen la confianza que el otro les ha otorgado.
  • Le resta valor a la amistad: no se ocupa de mantener buenas relaciones con sus amigos, para conservar la amistad. Para que puedas reforzar este tema con tus hijos, tenemos para ti este artículo sobre la amistad para niños.
  • No se esfuerza al 100%: ni en el trabajo, ni en la familia o entorno escolar se esfuerza por completo por cumplir los objetivos.

Un ejercicio que puedes hacer con los más pequeños de la casa, es ver sus películas favoritas y preguntarles cuáles personajes son leales y cuáles no. De esta forma, podrán identificar mejor los valores mientras se divierten y disfrutan de un tiempo de calidad en familia.

También puedes pedirles que describan a sus compañeros de clase o a las personas que ellos consideren que son leales, en función de las características que te hemos explicado. No olvides que la creatividad para realizar este tipo de ejercicios es fundamental, para que los chicos no se sientan interrogados o evaluados.

Historias sobre la lealtad

A continuación te traemos unos cuentos para que puedas ilustrar y enseñar el valor de la lealtad para tus hijos.

Cuento del hada y la sombra

Dice la leyenda, que hace mucho tiempo, en una época ya olvidada, antes de que la tierra estuviera saturada de humanos, había un hada en un lago. Ella era la protectora del lago y del bosque que le rodeaba. El hada velaba siempre por que todas las criaturas del lugar estuvieran sanas, alegras y en armonía.

Pero un día, llegaron unos seres de tierras muy lejanas y quisieron apropiarse del bosque. Comenzaron a atacar a todos los animales y demás criaturas mágicas, para sacarlos de allí. Eran seres muy poderosos, con una magia malvada contra la que no lograba luchar el hada, a pesar de sus esfuerzos.

Ella sabía que la única salvación se encontraba a muchos días de camino. Era la Piedra de Cristal, una roca cuya fuente de poder era la bondad pura. Para llegar hasta esa roca, había que atravesar pantanos, cumbres y desiertos, llenos de peligros. El hada reunió a sus amigos y consejeros, para pedirles ayuda.

A todos les contó sobre los peligros que habría que enfrentar para llegar a la Piedra de Cristal. Aún así, decidieron acompañar al hada en el viaje. A medida que iban pasando los días y avanzaban en el recorrido, muchos retrocedieron. Cada vez quedaban menos compañeros del hada, porque se habían cansado de luchar o habían perdido la esperanza.

Al final, sólo quedó uno de todo el grupo de viajantes, llamado Sombra. Aunque no era demasiado valiente, ni hábil con las armas, no se echó para atrás. El hada le preguntaba por qué seguía allí, cuando todos los demás se habían ido por temor a los peligros del viaje. Sombra se limitaba a responder “Prometí que haría este viaje sin importar los peligros, y por eso estoy aquí”.

El hada se dio cuenta de que Sombra era realmente leal y junto con él, pudo llegar a la Piedra de Cristal. En ese momento, se dieron percataron de que la mágica roca era custodiada por un temible monstruo.

La criatura exigía un sacrificio a cambio de la Piedra. Sombra tuvo su último acto de lealtad y le dijo al monstruo que él se quedaría para siempre, a cambio de que el hada pudiera llevarse la Piedra de Cristal. El trato fue aceptado y el hada pudo volver al bosque y al lago con la piedra mágica.

De esta manera, el hada logró expulsar de sus dominios a los seres malvados que querían acabar con esa hermosa tierra. Sin embargo, todas las noches, el hada recordaba con mucha nostalgia a su leal compañero Sombra. Le habló a todos los habitantes del bosque sobre el sacrificio que había realizado este compañero, para que su acto no quedara olvidado.

Se dice que antes de este momento, nada ni nadie producía sombra. El hada le regaló a cada ser su propia sombra, como recuerdo del antiguo compañero. Desde entonces, cada noche, las sombras se reúnen en el lago para consolar y conversar con el hada.

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La puerta de Rahu

Rindeburgo era ciudad muy antigua de Holanda. Allí había un palacio que ya estaba en ruinas, pero que servía de casa para un viejo artesano que fabricaba perfumes y velas. Estaba también su ayudante, un joven cuyo nombre era Rahu. Este chico era el encargado de ir al mercado del pueblo cada mañana, para vender los productos que elaboraba el artesano.

Rahu estaba fastidiado por tener que hacer todos los días las mismas cosas. Por eso, una mañana, en vez de irse al pueblo, el joven decidió subir a una de las montañas cercanas, para despejar su mente y sentirse libre.

En esa montaña podía encontrar frambuesas y otros frutos silvestres para comer mientras paseaba. Así transcurrió el día y en la tarde, Rahu regresó con el artesano. Como llegó con la misma mercancía con la que había salido en la mañana, le dijo al viejo que nadie la había comprado nada ese día.

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El artesano vio esto con extrañeza, pero siguió trabajando. El siguiente día, Rahu salió como de costumbre a vender los productos, pero luego de haber vendido sólo dos, decidió ir de nuevo a la montaña. Allí, se encontró de repente con un hombre vestido de armadura y capa. El extraño le dijo: – ¿Eres tú el chico que vende velas en el mercado?

A lo que Rahu respondió de manera afirmativa. El misterioso caballero le dijo entonces que compraría todas las velas que le quedaban y lo invitó a seguirle. Rahu se fue con el extraño y llegaron a una cueva en la que había muchas joyas brillando por el reflejo de las luces de cientos de velas.

Toma este dinero como pago por las velas que tienes. Ahora vendrás cada día y me traerás la mercancía que debas vender. Pero no tienes permitido decir ni una palabra de esto a nadie. Tampoco mencionarás que me conoces. – Dijo el caballero.

El joven Rahu, deslumbrado con el dinero y las joyas, pensó para sus adentros que su vida ahora sería más sencilla y entretenida. Se fue muy contento al palacio del artesano, llevando el dinero de la venta.

Con el transcurso de los días, Rahu llegaba rápidamente de vuelta al palacio. Siempre tenía el dinero correspondiente a todos los productos vendidos. Esto despertó la curiosidad del artesano, quien le preguntó una mañana al chico: – ¿Querido Rahu, sigues asistiendo al mercado del pueblo para vender mis productos? No me gustaría que los habitantes de este lugar se queden sin velas.

Rahu le respondió al artesano que siempre había hecho el mismo camino, pero ahora le estaba yendo mejor. El artesano se quedó con la duda y un día decidió seguir a su ayudante cuando éste saliera al mercado. El viejo se dio cuenta de lo que realmente hacía Rahu en la cueva misteriosa.

El extraño caballero logró darse cuenta de que había alguien más cerca de la cueva y no era sólo Rahu. Entró en cólera y corrió al muchacho con fuertes gritos. Rahu se fue sin entender por qué de pronto el caballero había tenido esa actitud. Cuando llegó a la puerta del palacio, la encontró cerrada con un enorme candado.

Tras mucho llamar al artesano, vio que en un momento, se deslizaba una nota bajo el portal. El papel decía: – Las puertas no se abren para los desleales y mentirosos.

Importancia de la lealtad

Con este valor, se pueden establecer relaciones interpersonales más cercanas y saludables. La lealtad genera seguridad y confianza en todas las partes involucradas, tanto si se trata de algunas personas, como de una comunidad u organización.

Ser leal y poder generar este valor en otras personas es una de las principales cualidades que una persona puede tener. De esta manera se alcanza una mayor integridad y sentido de la justicia y la honradez. Lo mejor es inculcar este valor desde la infancia, para que los niños crezcan sabiendo su importancia y lo practiquen desde muy jóvenes.

Por último, esperamos que estas definiciones e historias presentadas te permitan explicar mejor el valor de la lealtad a tus pequeños. Recuerda que el proceso de aprendizaje de estas cualidades es a través de la práctica constante, por lo que no debes descuidar el ejemplo que das, pues esa es la mejor forma de educar.

Lealtad

De la misma forma, tenemos muchos más artículos que te pueden servir para tener una mejor educación en valores. Con la ayuda de cuentos y anécdotas interesantes para los más chicos, podrás inculcar estos importantes conocimientos.Te recomendamos entonces la lectura de nuestro artículo sobre el valor de la igualdad para niños.

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