Signos de alarma del recién nacido, que debes conocer

Hay una serie de signos de alarma del recién nacido que todos los padres deben conocer. Así, podrán tener una mejor idea de qué síntomas son normales o temporales en el bebé y cuáles requieren atención médica inmediata. A continuación podrás leer con detalle cuales son estos signos y cómo se evalúa al bebé para descartar cualquier anomalía.

Signos de alarma del recién nacido

Atención especial de los signos de alerta del recién nacido

Los bebés recién nacidos parecieran ser extremadamente frágiles, pero en realidad son más fuertes de lo que uno cree. Sin embargo, ciertamente son bastante vulnerables a muchos malestares. Esto se debe principalmente a que su sistema inmune y su desarrollo en general todavía están por completarse y acostumbrarse al ambiente fuera del útero.

Al infante de pocos días o semanas de nacido hay que prestarle mucha atención, pues en cualquier momento pueden aparecer síntomas de enfermedad, infección o algún otro padecimiento repentino. Los padres y cuidadores deben estar muy pendientes de cualquiera de los signos de alarma del recién nacido, para acudir al médico cuanto antes, si llegan a ser detectados.

En el caso de los padres primerizos, es muy normal que las dudas sobre los cuidados del bebé estén a la orden del día. Por eso, es bueno tener siempre a la mano el número telefónico del pediatra del niño, en caso de que se presenten situaciones difíciles de manejar. Aquí puedes ver también algunas recomendaciones si seres de las que piensa «mi bebé no duerme«.

Principales signos de alarma del recién nacido

La coloración de la piel

Cuando el bebé nace, uno de los principales indicadores de su bienestar físico es el color de la piel. Por lo general, en este momento, el infante tiene una coloración oscura, de tono rojizo o con los piecitos amoratados. Esto va desapareciendo con el tiempo.

Hay bebés que nacen también con una sustancia de color blanquecino y aspecto sebáceo sobre la piel, esa es la vérnix caseosa que los recubre en el útero. Pero si se evidencian otras alteraciones en la pigmentación de la piel del bebé, puede que se trate de algo anormal. Por ejemplo:

Ictericia o piel de tono amarillento: a la mayoría de los bebés recién nacidos, aproximadamente un 60% de ellos, les ocurre un aumento del nivel de bilirrubina en la sangre. Esto ocasiona que la piel se torne de un color amarillento y se le denomina ictericia del recién nacido o neonato. Esto suele suceder entre los 3 primeros días de vida y desaparece de forma rápida y espontánea.

Sin embargo, si esta condición dura más de 10 días y aunado a eso, el bebé produce una orina particularmente oscura, con evacuaciones blanquecinas, hay que atenderlo pronto. Eso puede ocurrir cuando la bilirrubina aumenta exageradamente, para lo cual se hace necesario aplicar fototerapia, entre otras medidas.

Cianosis o piel de tono azulado: los pies o manos amoratados o azulados son algo normal en muchos de los recién nacidos. No obstante, se considera que un bebé está cianótico cuando esta coloración se presenta en otras zonas del cuerpo, especialmente el interior de la boca o la lengua.

Es un caso que debe ser tratado de inmediato porque puede deberse a dificultades respiratorias o cardiológicas, como consecuencia de una deficiencia de oxígeno. Para tratar a un bebé cianótico, probablemente le hagan primero una radiografía del tórax, algún ecocardiograma o una punción pulmonar. Luego se le aplicará terapia con oxígeno.

Palidez o piel de tono gris: la piel que se ve grisácea es uno de los signos de alarma del recién nacido, porque puede deberse a que el bebé tiene hipotermia o algún otro problema grave, como anemia o alguna dificultad en su flujo sanguíneo.

Signos de alarma del recién nacido

Manchas peculiares o erupciones en la piel

Es común encontrar lunares, manchas o puntitos de color en los bebés recién nacidos. Muchos de estos signos tienden a desaparecer a los pocos meses. Entre las manchas más comunes se encuentran los hemangiomas, unas verruguitas planas o abultadas, formadas por la acumulación de vasos sanguíneos en un determinado punto de la piel.

También puede encontrarse la mancha de Baltz o mancha mongólica, una marca benigna presente sobre todo en los bebés de piel oscura. Es una coloración azulada en la parte lumbar de la espalda del niño, con bordes irregulares.

Se debe a la acumulación de melanocitos, es decir, las células que contienen la melanina que pigmenta la piel, en mayor cantidad en esa parte del cuerpo. Esta mancha también tiende a desaparecer a medida que el niño va creciendo. Sólo en caso de que estas marcas aparezcan de forma brusca y en conjunto con otros síntomas, se debe acudir al médico para una revisión del bebé.

Signos de alarma del recién nacido y las fontanelas

Los huesos del cráneo de un bebé recién nacido todavía necesitan espacio para crecer, a medida que también va creciendo el cerebro. Es por eso que en las uniones del cráneo, se encuentran unas zonas blandas, llamadas fontanelas.

Observando las fontanelas se pueden observar casos de anomalías como desnutrición o deshidratación del bebé, si aparecen hundidas. En caso de que estas partes blandas del cráneo se muestren abultadas de forma constante, es mejor realizar un examen médico al bebé. Así verán si se trata de acumulación de líquido en el cerebro o hidrocefalia, inflamación cerebral o alguna infección como meningitis, entre otras.

El cordón umbilical y el ombligo

Entre los signos de alarma del recién nacido, debes prestar mucha atención a las infecciones del ombligo del bebé. Recuerda que durante los primeros días, el infante todavía tiene parte del cordón umbilical pegado al ombligo. Una vez que se cae, es necesario seguir aplicando las limpiezas y tratamientos necesarios para evitar que se presente alguna infección.

Signos de alarma del recién nacido

Sabrás que ya la herida está sana cuando la gasa que recubre el ombligo se retira completamente limpia por varios días consecutivos. De todos modos, mantén la higiene y el cuidado de esta zona cada vez que asees a tu bebé. Aunque los casos de infección suelen ser locales, si se descuidan pueden volverse graves. Estos son algunos síntomas de infección:

  • Sangrado constante que moje la gasa
  • Pus que puede tener mal olor
  • Enrojecimiento del área alrededor del ombligo o inflamación
  • Fiebre

Si una vez que se ha caído el cordón umbilical se sigue viendo un bulto de color rosado o rojizo, incluso blanquecino, es mejor consultarlo con un médico para que descarte cualquier posible infección.

Pérdida de peso

Esto puede parecer una anomalía, pero en realidad es muy normal. Los bebés recién nacidos tienden a perder algunos gramos de peso al poco tiempo de su nacimiento. Luego lo recuperan, alrededor de los 10 a 15 días siguientes, gracias a la alimentación, ya sea con lactancia materna o leche artificial.

Este tiempo puede variar dependiendo del bebé, sin embargo, si pasados 15 días de que tu bebé haya nacido, sólo sigue perdiendo peso, es mejor que lo lleves a consulta con el pediatra, ya que puede haber algún cuadro de desnutrición u otra complicación.

Deshidratación

Sabrás si tu bebé está deshidratado, entre otras formas, por las veces que moja el pañal. Recuerda que los recién nacidos, por lo general ensucian entre 6 y 8 pañales diarios, considerando que hacen tomas con mucha frecuencia. Algunos lo hacen cada dos horas, otros se tardan un poco más, pero serían de unas 8 a 12 tomas diarias.

Lo importante es que alimentes a tu niño a demanda, es decir, cada vez que pida ser amamantado. Esto le servirá no sólo como alimento sino como hidratación. Si el bebé no consume suficiente líquido, puede presentar los siguientes síntomas y deberás llevarlo al médico:

  • Hundimiento de las fontanelas.
  • Resequedad en los labios y la lengua.
  • Irritabilidad y excesiva somnolencia.
  • Moja muy pocos pañales.
  • Puede perder peso.

Orina muy oscura o con gotas de sangre

Así como en los casos de deshidratación del bebé, la coloración y cantidad de su orina también pueden indicar signos de alarma del recién nacido. El color normal debe ser amarillo muy claro o casi transparente. Si se ve más con tono mostaza y turbia, quiere decir que está muy concentrada y el bebé necesita ingerir más liquido.

Hay ocasiones en las que se pueden ver algunas manchas más oscuras, de tono naranja en el pañal. Puede tratarse de cristales de urato, una sustancia que suele aparecer en los días siguientes al nacimiento y que luego desaparece.

Pero si ves que tu bebé moja el pañal y hay rastros de sangre, puede que exista una infección. Hay que acudir al pediatra para que realice una evaluación y descarte alguna enfermedad de los riñones.

Aspecto de las deposiciones

La primera evacuación del recién nacido es llamada meconio. Es esa sustancia oscura y viscosa que se acumula en el intestino del bebé mientras está en el útero. Normalmente es expulsado en las primeras 24 horas de vida después de nacer.

Si esto no sucede en dicho período de tiempo, o hasta las 48 horas, puede significar que hay alguna complicación en el bebé. Luego de esto, sus deposiciones cambiarán de color y consistencia, siendo particularmente líquidas y de tono verdoso.

En algunas ocasiones puede haber anormalidades con las heces del bebé, por lo que hay que estar muy pendientes cada vez que se cambia el pañal. Fíjate en las siguientes características de la caca:

  • Seca y dura: las evacuaciones con estas características responden a una falta de líquido en el bebé. Esto puede ser porque no ingiere lo suficiente, ya sea de lactancia materna o leche artificial, o porque lo está eliminando en exceso.
  • Con mucosidad o sangre: esto puede ser un indicio de infección en el sistema digestivo o alguna enfermedad en el área intestinal.
  • Muy líquidas y seguidas: es normal que la caca de un bebé sea líquida, porque sus alimentos también lo son, pero no es normal que sus evacuaciones sean aún más acuosas. Si este es el caso, o si son más frecuentes, debes acudir al médico para descartar enfermedades como gastroenteritis.
  • Estreñimiento: a un bebé que haga deposiciones menos de 2 veces por semana se le considera estreñido. Si además presenta síntomas de dolor o dificultad, es necesario llevarlo al médico. Estos síntomas deben ser bien específicos para no confundirlos con la disquecia del lactante.

Signos de alarma del recién nacido

Vómitos

Los vómitos y regurgitaciones son muy frecuentes en los recién nacidos. Durante los primeros meses de vida, los bebés tienden a devolver el alimento ingerido, ya sea desde la boca o desde el estómago. Como esta situación tiende a desaparecer por sí sola, no requiere de algún tratamiento especial. La cosa cambia cuando el bebé manifiesta síntomas de dolor o malestar al vomitar.

Puede que esté sufriendo de reflujo, cuando los ácidos estomacales se devuelven por el canal gastroesofágico. Estos vómitos suelen ser bastante violentos y van acompañados de mucho llanto del bebé y arcadas. Cuando el bebé sufre de este mal, probablemente tampoco logre subir de peso y esté deshidratado.

Presta especial atención a las expulsiones de alimento de tu bebé, para que puedas diferenciar los vómitos de las regurgitaciones. Fíjate si la comida continúa sin digerir, si ha cambiado el color o hay contenido de bilis, etc. Revisa también si el vientre de tu pequeño está hundido o distendido, o si el bebé presenta otros síntomas de malestar. En caso afirmativo, no dejes de llevarlo con el médico.

Signos de alarma del recién nacido

Cambios de apetito

Los bebés pueden tener cambios en su apetito con frecuencia, pero si de repente tu pequeño cambia su forma de comer, debes estar atenta. Cuando un niño tiene energía y buen ánimo, se alimentará con más ganas.

Ahora, si la succión es más lenta o apenas come, incluso si rechaza el alimento, puede que no se sienta bien. Mantente vigilante de todos los síntomas que pueda presentar para que puedas actuar rápido si es necesario.

Distensión abdominal

Los bebés menores de un año suelen tener la barriga un poco abultada, como consecuencia de la grasa que acumulan allí y de que aún no hay fortaleza en la pared abdominal. Aún así, uno de los signos de alarma del recién nacido es que tenga el vientre o abdomen muy inflamado.

Esto podría originarse por acumulación de líquido, problemas hepáticos o incluso cardíacos. No descuides los demás síntomas que puedan indicar alguna anomalía, como las características de sus evacuaciones, vómitos o quejas por dolor.

Cambios de comportamiento

Los bebés suelen llorar a menudo, pues ésta es su forma de expresión cuando tienen hambre, sueño, calor, frío, etc. Pero las madres saben distinguir estos “tipos de llanto”, así como identifican cuando el bebé está contento, relajado o se siente mal. Por eso mismo, cuando notan que el bebé está particularmente somnoliento, decaído o con un comportamiento poco usual, deben prestar atención a un posible malestar.

Si el infante está muy llorón a pesar de todos los intentos por calmarlo y buscarle comodidad, puede que se sienta mal por alguna causa que requiera atención médica. Lo mismo sucede si no logra dormirse, duerme muy poco o por el contrario, duerme mucho y cuesta despertarlo hasta para comer. Este tipo de comportamientos inusuales deben ser atendidos por un especialista.

Estornudos y tos frecuentes acompañados de otros síntomas

Los estornudos y la tos en los recién nacidos son normales, ya que les ayudan a abrir y despejar las vías respiratorias. Muchas veces lo hacen después de ser amamantados o alimentados con el biberón, cuando ha comido con mucha rapidez. La preocupación y atención debe venir cuando estos estornudos o tos aparecen junto con otros síntomas, como mucosidad, fiebre, irritabilidad o dificultad respiratoria.

Signos de alarma del recién nacido

Signos de dificultad para respirar

Un bebé recién nacido respira mucho más rápido de lo que lo hace una persona adulta. Por lo general tienen entre 40 a 60 respiraciones cada minuto, con momentos de hasta 10 segundos sin respirar. Esto es parte de su ritmo normal.

Si crees que tu bebé pueda estar teniendo problemas para respirar, fíjate si tiene síntomas extraños. Algunos pueden ser: aleteo en sus fosas nasales, coloración oscura de su carita, silbidos o ruidos al respirar, hundimiento del abdomen, ronquidos o un ritmo más rápido o más lento de respiración.

Si es así, procura ir rápidamente al médico, pues el bebé podría estar teniendo problemas como asma o infecciones respiratorias que pueden ser graves para su salud y su desarrollo.

Brazos asimétricos

Cuando hay complicaciones en el parto, muchas veces los bebés pueden lesionarse alguna extremidad, como los brazos o la clavícula. Mientras son pequeños, estas lesiones podrían pasar desapercibidas, pero con el paso del tiempo pueden constituir serias dificultades.

Por ello es necesario realizar todas las evaluaciones correspondientes a los primeros días de vida del bebé. Los padres deben prestar mucha atención ante la aparición de hematomas, tumefacción, sonidos extraños al mover las extremidades del bebé o quejas por dolor.

Debilidad de la musculatura

Uno de los signos de alarma del recién nacido es el llamado síndrome hipotónico. Se trata de una condición que aparece durante los primeros 28 días de vida del neonato. Su principal característica es que el bebé tiene muy bajo tono muscular o presenta mucha debilidad en sus extremidades.

Vemos entonces que se trata de un bebé sin aparente fuerza para moverse o controlar sus movimientos, más allá de que los recién nacidos no tienen todavía control para mantener el cuello erguido o manejar sus impulsos.

Temblores y convulsiones

Hay investigaciones en las que se ha evidenciado que los bebés recién nacidos pueden presentar ciertos temblores en sus extremidades cuando lloran y que se calman cuando se les sujetan estas partes de su cuerpo. Estos temblores suelen ser normales y temporales, sin embargo, se les debe prestar atención para estar seguros de que no se trata de algo grave.

En el caso de las convulsiones, éstas si necesitan ser atendidas de inmediato. Se identifican como los temblores más bruscos y que no se detienen al sujetar o estimular al bebé. Así mismo, el infante puede tener la mirada inmóvil o babear en exceso. Hay que acudir de inmediato con un especialista.

Temperatura corporal

La temperatura normal de un bebé se ubica de 36 a 36,5°C cuando se toma bajo la axila, o de 37 a 38°C si es por vía oral o rectal. Si los valores de temperatura corporal de tu bebé están por encima de éstos, debes acudir al médico para saber qué está ocasionando la fiebre en el pequeño.

Si por el contrario, está por debajo de 36°c, el infante puede tener la piel muy fría y esto también tiene causas que deben evaluarse con un experto. Recuerda que los bebés no termoregulan su temperatura, porque su sistema aun no es lo suficientemente maduro para nivelarse con respecto a la temperatura ambiental.

Signos de alarma del recién nacido

Malestar general

Cuando los bebés no cesan de llorar a pesar de los esfuerzos que se hagan para calmarlos con comida, mimos, higiene, etc., puede que haya alguna enfermedad de fondo. Podría estar sufriendo de malestares propios del lactante, como la disquecia o los cólicos. El llanto nunca aparece sin motivo, pero por eso mismo los padres y cuidadores deben estar atentos a cualquier síntoma nuevo en el bebé.

Evaluación física para descartar signos de alerta del recién nacido

En el período que comprende las primeras 24 horas de vida de un bebé recién nacido, éste debe ser sometido a una serie de evaluaciones de todo tipo. Se le realizan pruebas de reflejos, como el test de Apgar, se miden sus dimensiones y su peso y talla. El peso promedio de un neonato es de 3,2 kg, con una estatura de aproximadamente 51 cm.

Estas medidas pueden variar significativamente de un bebé a otro, ya que además influyen factores como los meses que estuvo dentro del útero, la salud de la madre y los cuidados durante el embarazo, así como cualquier otra patología genética.

Los médicos también se encargan de evaluar las características de la piel, temperatura, la forma de la cabeza, cuello, tronco y extremidades. Así mismo se realizan exámenes para conocer las condiciones en las que se encuentran los pulmones, abdomen, el sistema nervioso, los genitales y los reflejos del bebé.

Evaluación de la piel

Al recién nacido se le evalúa el color y textura de la piel, que suele ser de tono rojizo al nacer y luego se va aclarando. Como se mencionó anteriormente, también puede haber una coloración de tono más oscuro, morado o azulado en manos y pies, pero esto desaparece al poco tiempo en bebés sanos.

Lo mismo sucede con las petequias, esas pequeñas manchas rojas que se originan como consecuencia de las partes del cuerpo del bebé que se presionaron al momento del parto. Ahora, si estas manchas están regadas por todo el cuerpo, puede ser necesaria una evaluación extra para descartar posibles complicaciones.

Algunos bebés también presentan una ligera descamación de la piel en los pliegues, pero esto es normal y desaparece pronto. En ciertos casos, hay una erupción cutánea llamada eritema tóxico. Son unos pequeños granitos y puntos rojos que cubren la piel y que desaparecen espontáneamente al cabo de unos días.

Cabeza y cuello

Los médicos deben examinar exhaustivamente el cuello y la cabeza del recién nacido para detectar cualquier posible anomalía. Hay bebés que aparentemente nacen perfectos, pero que pueden tener alguna malformación congénita o causada en el parto y que sea difícil de encontrar a simple vista.

Cuando el bebé nace de cabeza, es posible que haya alguna ligera deformación cefálica, que desaparece a los pocos meses. Esto ocurre porque los huesos del cráneo deben superponerse para aguantar la presión por el canal de parto y permitir que el bebé pueda salir. Esto puede ocasionar también algunos hematomas o protuberancias que en general no deben ser signos de alarma del recién nacido.

Hay casos en los que el bebé se encuentra en una posición en la que realiza una “presentación de nalgas”, es decir, que éstas son las primeras en aparecer por el canal de parto, o bien los pies o los genitales.

Cuando el parto ocurre de esta manera, la cabeza no suele deformarse, pero la mayor presión la sufren entonces las nalgas o las piernas del bebé. Este tipo de alumbramiento suele traer otras complicaciones para el bebé o para la madre, por lo que en estos casos se suele preferir la cesárea o parto por vías quirúrgicas.

En la cabeza, los médicos revisan que las orejas se hayan ubicado y formado correctamente, para que la audición tampoco se vea afectada. En lo que se refiere a la boca, algunos bebés nacen con labio leporino o dividido, otros presentan además paladar hendido o incluso nacen con algunos dientes.

Esta evaluación sirve también para ver si hay algún épulis o tumor benigno en las encías. En el cuello, se busca alguna inflamación, espasmos o bultos.

El corazón y los pulmones

Mediante la auscultación, el especialista escucha los sonidos del corazón y los pulmones, buscando anomalías que puedan estar presentes y no se ven. Sí es posible determinar algún soplo en el corazón o pulmones congestionados.

Los cambios de tonalidad de la piel también pueden ser indicio de alguna enfermedad cardíaca o pulmonar. Se mide el pulso y la respiración del bebé, así como se ve que no haya aleteos nasales o fuertes ruidos al respirar. Encuentra mucha más información interesante sobre este tema, en nuestro artículo sobre el latido del corazón del bebé.

Abdomen y genitales

Parte del examen físico general de un bebé recién nacido incluye la evaluación de los genitales y zona abdominal. Así se pueden conocer las dimensiones y ubicación de los riñones, intestinos, hígado y bazo.

Por medio del examen de los genitales se puede saber si la uretra está funcionando bien, así como verificar que el sexo esté perfectamente definido. Hay bebés que secretan moco o sangre por su vagina, pero esto es normal y desaparece al poco tiempo. También se examina el ano para verificar que esté abierto y bien ubicado.

Descarte de signos de alarma del recién nacido en su sistema nervioso

Para descartar otros signos de alerta del recién nacido, los médicos deben examinar el sistema nervioso. Se fijan en que los reflejos estén bien, así como el tono muscular y la movilidad de las extremidades. También se valen de diversas técnicas para comprobar que no haya anomalías en los reflejos nerviosos. Los principales a evaluar son:

  • Reflejo del Moro: es la acción de estirar y abrir los brazos y las piernas, extendiendo los dedos, cuando el bebé está sorprendido o llorando.
  • El reflejo de búsqueda: es cuando el bebé gira su cabeza hacia el lado en el que recibe un estímulo. Por lo general se roza suavemente su mejilla o boca para verificar este reflejo, que lo ayuda a encontrar el pecho materno.
  • Reflejo de succión: cuando el infante empieza a succionar de forma inmediata, al sentir que algo llega a su boca, por ejemplo, un chupete.

Músculos y huesos

Al evaluar la movilidad de los brazos, piernas, cuello y caderas, se busca que no haya ninguna fractura ocasionada en el parto. También se observa que no existan luxaciones, malformaciones o alguna deformidad en el bebé.

Todos estos exámenes se deben realizar en las primeras horas de vida del recién nacido. De esta manera será más fácil aplicar tratamientos en caso de que haya anomalías o condiciones patológicas en el bebé.

Por suerte, gracias a los avances de la ciencia, cada día es más fácil determinar si el bebé presenta alguna situación especial, incluso desde antes de nacer. Ya se pueden realizar operaciones en el feto mientras está dentro del útero, para evitar complicaciones una vez que nazca.

Por otra parte, los padres y cuidadores deben estar siempre atentos a cualquiera de los signos de alarma del recién nacido. Más allá de las pruebas que se realicen en el centro hospitalario donde nació, hay niños que pueden desarrollar algunos trastornos luego de unos días de nacer. Por eso no se debe descuidar cualquier síntoma extraño que presenten.

Finalmente, te invitamos a que complementes esta importante información con los demás artículos que tenemos. De seguro te resultarán muy interesantes, sobre todo si eres una madre primeriza. Te puede resultar de gran ayuda continuar con este que trata sobre la temperatura del baño para bebés.

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