Límites en los niños, ¿cómo manejar adecuadamente esto?

La buena educación tiene mucho que ver con la aplicación de límites en los niños. Siempre y cuando se parta desde la empatía, el respeto y la comprensión, se podrán establecer mejor estas consignas en los más pequeños de la casa. Aquí te explicamos cómo puedes lograrlo.

límites en los niños

¿Qué son los límites en los niños y para qué sirven?

Los límites, como la misma palabra lo indica, son barreras. En este caso en particular, normas de las que no se debe salir. Son fundamentales en la crianza de los niños, porque de ello dependerá su forma de comportarse a medida que crecen.

El establecimiento de límites en los niños no debe ser realizado desde la imposición. Al contrario, siempre debe haber una postura de amor, respeto y comprensión. Se busca más bien ayudar al niño a darse cuenta por sí mismo de las consecuencias de sus actos y cómo repararlos.

Para que un niño crezca con límites sanos bien definidos, los padres deben trabajarlos desde los primeros meses de vida del bebé. A esta forma de educación se le llama Disciplina Positiva. En vez de centrarse en el castigo tras un error cometido o límite traspasado, promueve los elogios justificados cada vez que el niño se comporta bien.

Fijar límites en los niños requiere de paciencia y confianza en lo que se hace y el por qué se hace. Recuerda que los niños están descubriendo muchas cosas constantemente y no siempre saben discernir entre lo que está bien y lo que no. Para eso estás tú como padre o representante, para enseñarlo y guiarlo, de forma que pueda llevar una vida lo más feliz posible.

¿Cómo fijar límites en los niños con respeto y empatía?

Que no te ganen las emociones desbordadas de tus pequeños, ¡ni las tuyas propias! Fijar límites no tiene por qué ser un dolor de cabeza. Acá te dejamos también un artículo de interés, por si tienes niños de 3 años en su fase egocéntrica.

Informar al niño sobre los límites

Dependiendo de la edad del niño, se le debe ir informando de acuerdo a su comprensión, del por qué se establecen los límites. Así se sentirá parte del proceso y un miembro valioso y escuchado. También hay que considerar que algunos límites se pueden negociar, mientras que los relacionados con la seguridad y el respeto se mantienen firmes.

Establecer límites de forma justa y proporcionada

A veces los mismos padres no saben con certeza dónde colocar los límites en los niños. Un punto base es que ninguno resulte humillante, ni para los adultos ni para los chicos.

Cooperación y respeto mutuos

Cada parte del equipo familiar debe conocer su rol y respetar el de los demás. Trabajar de forma colaborativa, tomando en cuenta los límites marcados, hará que la convivencia sea mucho más grata y se fijen valores duraderos a futuro en el niño.

Actuar de forma amable en vez de permisiva

Al niño se le debe educar de forma que no se le cohíba de pasar malos ratos, según su edad. Querer sobreproteger al pequeño, para evitar decepciones o frustraciones, tal vez parezca bueno en el momento. Pero en el futuro, este niño no sabrá lidiar con estas emociones y sufrirá más. Hay que entender y explicarle las emociones negativas y buscar en conjunto una forma de superarlas.

Invitar al niño a reflexionar sobre su conducta

Al momento de poner límites en los niños, muchas veces se cae por error en el chantaje emocional, los castigos y recompensas o incluso los gritos. Lejos de ayudar, estas conductas son armas de doble filo. Como adulto, debes dirigir la atención del niño en sus acciones y en las razones que hay para establecer los límites.

Algunos consejos básicos para aplicar límites en los niños

Si eres de los que tiene dificultades para establecer límites educativos con tus hijos, no desesperes. Revisa esta lista de consejos para que logres una comunicación efectiva y una mejor interacción con los pequeños. Ahora, puedes revisar también este artículo si tu caso es con niños especiales.

límites en los niños

Sé objetivo: no basta con repetir los patrones de nuestros padres, cuando sólo decían “pórtate bien” o “no hagas tal cosa”. Lo mejor es enseñarles a los niños todos los permisos y los límites, a través de instrucciones concretas. Es mejor decir “toma mi mano cuando crucemos la calle” o “recoge los juguetes cuando termines de jugar”. Esto creará más confianza en la relación con tu hijo.

Ofrece opciones: cuando un niño ve que puede escoger entre distintas alternativas al momento de realizar una acción, sentirá que tiene más control sobre la misma. Esto genera una mejor autoestima y respeto. Prueba sugerirle lo siguiente “¿quieres que yo escoja tu ropa, o lo haces tú mismo?, ¿prefieres comer los vegetales con cucharilla o tenedor?”.

Sé firme: hay momentos en los que el niño se resiste a obedecer. Si este es tu caso, recuerda tener firmeza en tu voz y en tus mandatos cuando estableces los límites en los niños. Así se darán cuenta de que no tienen más opción que hacerte caso. Es un asunto serio. Sin caer en la falta de respeto, debes indicarle “¡ve a tu cuarto ahora!” o “¡deja de arrancar las plantas!”, según sea la situación.

límites en los niños

Refuerza lo positivo: cuando hay elogios o estímulos positivos, es más probable que el niño realice lo que se le está pidiendo. Es preferible que le digas al niño lo que debe hacer, en lugar de lo que no tiene permitido hacer. Esto es una diferencia entre los padres autoritarios y los que son más objetivos.

Marca distancias: en vez de mandar a la cama al niño porque debe dormir, muéstrale el reloj e indícale que ya es la hora de descansar. De esta manera, la lucha de poderes entre tú y tu hijo, se ve justificada y redirigida hacia el reloj, y no como algo personal.

Siempre explica el porqué: si le explicas al niño la razón de por qué debe obedecer, podrá entender los límites y tener más disposición a cumplirlos. No te extiendas con las explicaciones, sólo usa pocas palabras, pero concretas, que le permitan comprender y ver más allá de su capricho.

Propón una alternativa: para que los límites en los niños no resulten tan negativos, puedes sugerir alternativas que resulten aceptables. En lugar de regañar al niño porque está rayando las paredes, ofrécele una hoja de papel o una pizarra donde sí podrá colorear.

Ten firmeza en el cumplimiento: si flexibilizas las rutinas, como la hora de dormir, cuando en realidad debería ser siempre a la misma hora, le das oportunidad a los niños a que se resistan. Cumplir con disciplina los límites, hace que se acepten más rápido por los niños, hasta volverlos un hábito.

Lo erróneo es la conducta, no el niño: evita establecer límites en los niños diciéndoles que son malos por hacer determinada cosa. Ellos no están mal, la conducta sí. Así refuerzas que los aceptas pero que deben mejorar el aspecto señalado.

Mantén el control de tus emociones: frecuentemente, si los padres están muy enojados, tienden a aplicar castigos más severos. También hay mayor propensión a ser más agresivos verbalmente con los niños. Si llegas a pasar por esto, es mejor que te alejes un momento, cuentes hasta diez si es necesario y consigas calmarte un poco antes de tener una reacción. Luego abordarás la situación con más tranquilidad y objetividad.

No pierdas de vista que el aprendizaje es un proceso circular, sin importar si se trata de adultos o niños. Siempre le puedes encontrar solución a los retos de tu hijo. Finalmente, te puede interesar este artículo sobre las actividades para niños hiperactivos.

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