Ecuador es un país que cuenta con paisajes hermosos y gente humilde y trabajadora, son muchas las historias que este hermoso país cuenta y en las Cordilleras Andinas se cuenta la mejor leyenda ecuatoriana que podrás escuchar.
Leyenda ecuatoriana
En este hermoso país existen unas inmensas y verdes montañas, es en las propias Cordilleras Andinas, con el grandioso e impresionante lenguaje de los ríos de aguas cristalinas, que a estas lenguas se les identifica como laguna de cajas y cuentan increíbles leyendas que son buenas para disfrutar con los hijos.
Esta hermosa leyenda ecuatoriana habla del lenguaje de caja, les deja a los niños una enseñanza de algunos valores como amabilidad, humildad, solidaridad y saber agradecer.
Laguna de caja, hermosa leyenda del ecuador para enseñar los valores a los niños
Esta hermosa leyenda habla de que muchos años atrás, en la linda sierra de los andes, situada en un país llamado Ecuador, se encontraba la más hermosa de todas las montañas con un campo de color verde y con abundantes flores por doquier.
En aquellos tiempos estas tierras eran de un señor terrateniente muy malo, que al lado de su familia, compuesta por sus hijos y su esposa, tenían una gran cantidad de personas a su servicio. Estas humildes personas eran en su mayoría gente de la zona, agricultores. La familia era déspota y de malos sentimientos, tanto los hijos como los padres trataban a los sirvientes muy mal.
En un día normal, con una alta temperatura que hacía sudar a los pobladores, una familia de pobres ancianos se acercó hasta el lugar en busca de asilo y descanso de un largo viaje que habían hecho por varios días. La pobre anciana era muy mayor y caminaba gracias a un palo de madera con forma de bastón, mientras que el esposo de la anciana tenía en sus arrugadas manos un cántaro vacío.
Al pobre y humilde señor con el cansancio que tenía se le cruzó la idea de pasar por aquella hermosa y gran finca para hacer una parada.
El anciano muy cansado le dijo a su querida esposa – ¿por qué no hacemos una parada para descansar un rato? Recuerda que somos unos abuelos y estamos muy viejos para caminar todo el camino de una sola vez-.
Después de decirle esto a su esposa, tocaron a la puerta de la hacienda de aquel señor tan rico, la esposa y los hijos se vieron las caras cuando la puerta sonó, ya que casi nunca pasaban personas por allí. Cuando se dirigieron a abrir la puerta todos se quedaron tiesos al ver que era una linda pareja de viejos.
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El lindo abuelo con voz muy amable les dijo – muy buenas tardes, mi pareja y yo vamos camino a la ciudad pero ya estamos muy exhaustos, nos encantaría hacer una parada en este camino tan largo, ya se nos acabó el agua y estamos muy cansados de tanto caminar ¿tendrán ustedes la gran amabilidad de permitir que descansemos en su casa por tan solo un momento y colocar un poco de agua nuestro cántaro?-.
En ese momento el hacendado que era el dueño de la finca dio un fuerte grito llamando a una de las empleadas para que echara de su mansión a los humildes ancianos, – no quiero volver a verlos jamás- dijo.
La esposa y los hijos del hacendado los observaron con asco y el señor cerró la puerta en la cara de los ancianos, la señora de servicio, que en ese momento se quedó fuera con los abuelos, los vio con mucha pena.
La empleada les dijo que la disculparan y que no tuvieran ninguna preocupación, – yo les obsequiare agua y cobijas para que puedan descansar un rato- dijo. En ese preciso momento les pidió a los ancianos que la acompañaran al establo, les dio agua y algo de comida, los viejitos quedaron muy agradecidos por todo el pan, queso y la carne que la empleada les dio.
La viejita muy agradecida y emocionada les dijo -¡Eres un amor de persona amiga!-.
-No señora-, dijo la empleada con mucho cariño, – yo solo estoy haciendo lo que cualquiera haría, los dejo un momento ya vuelvo a ver qué más se les ofrece-.
Luego de un buen rato volvió la muchacha de servicio, a ver cómo se sentían los viejitos, y nuevamente ellos dieron las gracias por el comportamiento de la muchacha, y en ese preciso momento los ancianos le dijeron a la empleada:
-Presta mucha atención amiga, entre los dos te vamos a confesar algo, antes de que amanezca vete de este lugar por va a suceder un accidente como castigo a esta familia tan mala y déspota, pon al tanto a tus compañeros y váyanse de aquí-.
La muchacha de servicio se sorprendió y sintió temor, aunque no les creyó mucho al principio, tomó en cuenta todo lo que los ancianos le dijeron y se fue de ese lugar acompañada de todos los humildes agricultores, los viejitos también abandonaron el lugar.
Al comenzar el amanecer el dueño de la finca comenzó a oír los gritos de sus animales y el susurro de muchos pájaros asustados, cuando abrió la puerta para observar qué sucedía, se percató de que a los lejos se veía venir una gran ola de agua, que con una gran rapidez se acercaba a la hacienda del rico.
En ese momento corrió por toda su familia gritando huyamos todos de aquí o moriremos ahogados.
La esposa y los hijos corrieron rápidamente hacia lo más alto de las montañas, al llegar a lo más alto de ella se voltearon y con terror observaron como toda la casa y las tierras se convirtieron en nada, en ese lugar ahora reposaba un hermoso lago de aguas cristalinas. La familia pensó que ya no tenían casa donde vivir y tenían que empezar desde cero otra vez.
Fue allí donde nació la hermosa laguna de cajas, un majestuoso lugar que hace recordar lo bueno de tener buenos sentimientos y mostrar solidaridad a quien más lo necesita.
Enseñanzas de la leyenda ecuatoriana
Esta hermosa leyenda ecuatoriana deja muchas reflexiones, hay que ayudar a quien más lo necesita y en los momentos más difíciles, no importa la raza ni el color de la piel, siempre hay que mantener presentes los valores.
No hay nada como un rico helado de yogur para disfrutar de una leyenda.
En esta pequeña leyenda se observa que la humildad presente, lo honrada de la empleada, y otros valores más, por ello es bueno leer más sobre leyendas ecuatorianas para así lograr inculcar a los niños lo bueno de los valores en la familia.