La interpretación de dibujos de niños es una rama de la psicología muy interesante. Permite tener un acercamiento a la forma de sentir y pensar del niño, de manera no verbal. Además, también facilita la observación de conductas y habilidades que a veces el pequeño no muestra al hacer otras cosas. Continúa leyendo para que sepas qué pueden significar los dibujos de tus hijos y mucho más.
¿Qué es el dibujo?
El dibujo es una de las artes visuales por las que se puede representar alguna cosa o situación, ya sea de forma bidimensional o tridimensional. Para ello se utilizan diferentes métodos, utensilios y herramientas.
Esta es una de las primeras formas de comunicarse que desarrolló el ser humano, al plasmar en distintas superficies, dibujos que reflejaran la vida cotidiana o algún hecho importante.
Desde la más tierna infancia, en lo que el bebé logra sujetar un lápiz, comienza a hacer trazos, garabatos y líneas. Poco a poco, éstos van tomando formas que, a medida que el niño va creciendo, ganan mayor significado.
De esta manera, es posible tener un mejor acercamiento a la manera que tiene el pequeño de entender el entorno y relacionarse en él. Aquí te traemos también un interesante artículo sobre cómo estimular el lenguaje.
Según los estudios, el análisis e interpretación de dibujos de niños debe ser realizado por un especialista. Puede ser un psicólogo o psicopedagogo, que debe basarse en distintos criterios de estudio.
Los factores biográficos, familiares así como el entorno en el que se ha desarrollado el niño pueden determinar ciertas características reflejadas en el dibujo.
Otro aspecto que no se debe olvidar, es que el dibujo no es una revelación absoluta de lo que piensa o siente el infante. Recuerda que puede estar condicionado por una emoción del momento.
No obstante, dependiendo de qué tan comunicativo sea tu pequeño al hablar, o de su desarrollo según la edad, podrías encontrar pistas para mejorar el acercamiento y la comunicación.
¿Cómo evoluciona la interpretación de dibujos de niños?
Los niños van acercándose al dibujo poco a poco, alrededor del primer año de vida. Comienzan desde trazos muy básicos y lo van perfeccionando con el tiempo. A continuación te dejamos una lista de los pasos a través de los cuales evoluciona el dibujo infantil.
Los garabatos
No siempre ocurren sobre un papel, a veces es en una pared o cualquier otra superficie. Los garabatos no suelen tener una intención, sino que son más accidentales. No representan alguna forma en concreto, pues son simple experimentación del bebé al descubrir algo nuevo. También ocurren bajo las condiciones de motricidad limitada y coordinación ojo-mano aún en desarrollo.
No olvides que cada niño es particular y tiene su propio ritmo. Algunos aprenden unas cosa más rápido que otros. Pero eso no significa que tengan deficiencias o problemas de desarrollo. En todo caso, nunca está demás la estimulación a través de juegos y una buena actitud. Esto también te permitirá estar atento ante cualquier señal de una posible complicación.
Si esto último llegase a ocurrir, no te alarmes. Antes de tomar acciones apresuradas, consulta con tu pediatra lo que sucede cuando tu pequeño está dibujando. El médico será quien te indique si es necesario llevar al niño con un psicólogo.
Las primeras formas
Generalmente, el niño comienza a buscar una forma en sus garabatos cuando ya está rondando los dos años de edad. Es evidente que todavía no hay la madurez suficiente para dibujar objetos concretos, sin embargo, ya las líneas se ven más agrupadas o hasta con combinaciones de colores.
Es una etapa en la que podemos percibir de a poco la motivación o el temperamento del pequeño mientras hace sus trazos. Recuerda que debes prestar atención en todo momento y proporcionarle al niño los materiales y espacios más cómodos y seguros para esta actividad.
Líneas más definidas
Cuando tu niño tenga unos dos años y medio, seguramente ya intentará dibujar círculos, además de líneas. Esto ya es una mayor aproximación a representar objetos y figuras, aunque todavía cueste reconocerlos. No lo apures y celebra sus triunfos junto con él.
Mayores detalles
Un niño de 3 años es mucho más independiente y logra comunicar mejor sus deseos y opiniones. También tiene una intención más fácil de percibir en sus dibujos. En la interpretación de dibujos de niños de 3 años, puedes ver ya cómo se asoma la figura humana, así como la casa o el coche. Todo depende de los objetos con los que el niño esté más familiarizado.
La figura humana en la interpretación de dibujos de niños
Ya hacia los 4 años de vida, tu bebé hará mejores dibujos. Posiblemente haga figuras humanas con tronco, extremidades y cabeza. No importa si aun son desproporcionados, siempre que logre identificarlos. Hay chicos más detallistas, que se atreven a agregarle cabello, ojos y boca a sus dibujos. Si el tuyo todavía no lo hace, sólo dale tiempo.
Formas definidas
Al cuerpo humano que se venía perfeccionando desde antes, se le van agregando la nariz y hasta las orejas cuando el niño cumple 5 años. Algo importante en esta etapa es que el niño comienza a diferenciar a las personas que dibuja. Aprende mucho más de esta etapa leyendo nuestro artículo sobre la psicología de un niño de 5 años.
Puede ser por el tamaño, los colores o algún rasgo en particular que llame su atención. Esto es símbolo de la atención que le presta el pequeño al entorno, así como del desarrollo de su creatividad. Puedes pedirle que dibuje a la familia y te indique quién es quién en el dibujo.
Personajes en contexto
A partir de los 5 años, la interpretación de dibujos de niños resulta mucho más sencilla. Esto no significa que ya se podrán identificar de inmediato todos los elementos plasmados en el papel. Es posible que en algunos casos sea necesario indagar un poco para hacer un correcto análisis.
Recuerda que lo que para un niño puede ser una cosa, para otro puede tener un significado o aspecto diferente. Es normal que en esta etapa ya se represente a las figuras o personas ejecutando alguna acción, o como parte de una situación específica.
Interpretación de dibujos de niños en etapa inicial
Como hemos mencionado, la interpretación de dibujos de niños puede hacerse desde que éste ya comienza a realizar trazos. Pero el dibujo está realmente definido e intencionado cuando el niño ya tiene entre 4 y 5 años. A partir de este momento se evalúa una serie de aspectos entre los que se tiene:
La forma de agarrar los lápices
Sin importar que todavía tenga trazos torpes, debes ver si el niño sujeta el lápiz con suavidad o con fuerza. De ser la segunda forma, puede indicar que el pequeño tiene mucha tensión. En ese caso, lo mejor es enseñarle al niño cómo debe agarrar el lápiz, de forma tranquila y brindándole la libertad para que pueda experimentar.
La mirada, atención y actitud al dibujar
A veces ocurre que el niño se limita a hacer movimientos descuidados con el lápiz, sin prestar atención a lo que hace. Si esto sucede, debemos invitarlo a estar atento a lo que hace con el lápiz. Si vemos que está fastidiado o no tiene mucho interés, entonces es mejor dejarlo para después. Lo ideal es que el niño busque por sí mismo esta actividad y la disfrute, en vez de forzarlo a hacerlo.
La ubicación del dibujo
Si el dibujo se encuentra en la parte superior de la hoja o superficie, tiende a relacionarse con la curiosidad, el intelecto o la imaginación. Si por el contrario, está ubicado en la parte inferior, tiene que ver con necesidades materiales o físicas del pequeño.
Al ubicarse en el centro, habla del momento presente, la actualidad. El lado derecho se relaciona con los deseos a futuro, mientras que el izquierdo busca los recuerdos o el pasado.
Cantidad de espacio que ocupa en el papel
Este indicador permite evaluar cómo es el nivel de autoestima y personalidad del niño. Por lo general, los niños extrovertidos, con más confianza o seguridad en sí mismos tienden a utilizar todo el espacio. Por el contrario, aquellos con un carácter más tímido o introvertido, por lo general limitan el dibujo a una zona específica.
Las características del trazo
Si notas que el trazo es firme y estable, el niño puede estar bien predispuesto a la actividad y a aprender, no importa que haga garabatos. Pero si notas que las líneas son muy afincadas o al descuido, podría significar un comportamiento impulsivo o descontrolado.
Las formas
Los niños suelen comenzar haciendo formas simples, compuestas por líneas rectas. Poco a poco, les van dando ondulación, a medida que desarrollan sus destrezas. Si estas formas rectilíneas son ascendentes y rápidas, pueden mostrar cierto grado de agresividad. En el caso de las formas más redondeadas o con ondas, se percibe que el infante tiene mayor auto control y una mejor relación afectiva con quienes le rodean.
Los colores predominantes
Para evaluar el uso de los colores, se deben tomar en cuenta diversos factores. A veces simplemente no hay variedad de colores a disposición del niño. Otras veces, aunque haya variedad de colores, el pequeño sólo usa un número limitado. Sumado a esto, hay que considerar la edad y el contexto en el que se usan los colores.
Por sí solos, los colores tienen ciertos significados, pero para la interpretación de dibujos de niños, deben ser analizados junto con el tipo de dibujo, forma del trazo y hasta del coloreado. Así, también se tiene que la tonalidad de los colores también es importante.
Los tonos pasteles suelen asociarse a conductas más emotivas y tranquilas. Los tonos fuertes y marcados tienden a representar intensidad de sentimientos, sean éstos buenos o malos.
Interpretación de dibujos de niños a partir de los 5 años
En los primeros años de vida del niño, se ve un desarrollo de garabatos, líneas y formas. Cada vez se va haciendo más perceptible el surgimiento de la figura humana, sí como de otros objetos mejor definidos. Pero luego de esta edad, es cuando mejor se puede hacer la interpretación de dibujos de niños, para usarlo como una herramienta de análisis psicológico.
No basta con observar el dibujo, los colores, los trazos y las líneas. Es necesario acompañar la evaluación de un proceso de observación, incluso a cierta distancia. De esta manera se puede ver la postura del niño al dibujar, sus expresiones y decisiones. También hay que realizar preguntas relacionadas con el dibujo, para tener un acercamiento lo más veraz posible con lo que el niño quiso transmitir.
Luego de los 5 años, es posible ver que lo que el niño dibuja, cada vez se parece más al objeto real. Esto irá mejorando a medida que el infante va creciendo. Los detalles serán más precisos y con líneas más definidas.
Un niño que está entre los 7 y los 9 años comienza a incluir en sus dibujos el contexto. Añadir el entorno, o algún otro objeto que acompañe a la figura principal se vuelve normal. En esta etapa se puede tomar la decisión de llevar al niño a clases de arte o de dibujo, si se ve que tiene gusto y habilidades para esta actividad.
De los 9 a los 12 años de edad, los chicos buscan un mayor nivel de realismo en sus dibujos. No necesariamente lo logran, pero es en lo que enfocan su atención. Si el niño ha recibido ayuda externa para dibujar, como clases o libros, será más cuidadoso con el detalle y el realismo.
Al comenzar la preadolescencia, a partir de los 13 años, muchos jóvenes toman el dibujo como hobby o afición. Hay otros que lo dejan o sólo se limitan a una actividad de vez en cuando, como sólo dibujar o sólo colorear. No importa cuál sea su decisión, debe ser apoyada. El hecho de que no continúe dibujando como lo hacía antes no significa que su desarrollo psicomotriz se vea afectado.
¿Cómo usar la interpretación de dibujos de niños para los rasgos psicológicos?
Existen toda una serie de indicadores gráficos que pueden ser interpretados para determinar ciertos rasgos psicológicos. No olvides que son aproximaciones y que el análisis debe ser realizado por un especialista. A modo de resumen, se presentan los siguientes ejemplos:
Desobediencia y agresividad: cuando hay en el dibujo la presencia de dientes filosos o muy grandes. Manos con garras y que salen de brazos muy alargados. Personas con las extremidades muy asimétricas. Números o letras dispersos en el espacio, bien sean repetidos o que van aumentando de tamaño.
Temor o ansiedad: formas simples o muy reducidas, con trazo indeciso o irregular. Puede suceder que el niño prefiera dibujar a la persona o a sí mismo, dentro de un carro o una casa. Cuando ya dibuja caras, suelen ser poco expresivas. El sombreado del rostro en el dibujo también puede indicar ansiedad, si es muy irregular.
Motivación para aprender: si se dibujan personas, éstas por lo general tienen rasgos grandes y caras sonrientes. Las extremidades se muestran abiertas, bien proporcionadas y definidas. En ocasiones hay cuello. Algunos niños añaden animales o plantas alrededor.
Egocentrismo: exageración de algunas formas. En figuras humanas, la cabeza suele ser de gran tamaño. Si se trata de dibujos familiares o del círculo social del niño, éste tiende a dibujarse más grande que los demás, o por delante de ellos.
Tendencias obsesivas: por lo general el niño sigue una rutina al dibujar o usa siempre los mismos colores o tema. Puede que haga borrones con frecuencia, buscando hacerlo mejor. Estas conductas pueden generar ansiedad en el infante.
Inseguridades: las manos y los pies son pequeños o las extremidades están muy juntas al cuerpo. Se notan trazos y líneas con correcciones e irregulares. Las figuras podrían estar inclinadas o muy comprimidas.
Perseverancia: los dibujos son muy detallados y definidos. Las figuras humanas tienen rostros completos y expresivos. El coloreado se ve tranquilo y bien distribuido por el dibujo. Estos son símbolos de atención y concentración.
Impulsividad o déficit de atención: los niños con trastornos de atención tienden a hacer dibujos desordenados. Los objetos o figuras muchas veces no tienen relación entre sí y están distribuidos de forma irregular en el espacio.
Puede que las líneas no estén bien definidas. Si a esto se le suma el comportamiento impulsivo, es probable que el niño no lo disfrute. El dibujo podría generar más tensión que placer. Estos niños muchas veces se limitan a dibujar el mismo personaje o elementos por mucho tiempo.
Lateralidad cruzada: este trastorno también se puede percibir en la interpretación de dibujos de niños, al ver que se escriben números o letras al revés. También puede indicarlo el trazo distorsionado o demasiado irregular.
Autocontrol: un niño que pueda controlarse a sí mismo, reflejará esta actitud en sus dibujos simétricos, con líneas limpias y ondas bien hechas. Tampoco se sale de los contornos si colorea el dibujo.
Alta autoestima: se refleja en la buena distribución de los elementos en el papel o espacio de dibujo. Se ocupa adecuadamente el espacio y las figuras tienen expresiones agradables. Las personas u objetos están bien definidos.
Problemas de socialización: se pueden observar que los dibujos humanoides tienen los brazos y las piernas muy juntas y un gesto triste en la cara. Dependiendo de cómo enfrente o asuma e problema el infante, el dibujo puede ser más grande o pequeño.
Discapacidades mentales: un niño con problemas de discapacidad mental o bajo nivel cognitivo hará dibujos muy simples, sin detalles. Por más que logre hacer una figura humana, probablemente le costará hacer una distinción de género con algún detalle en el dibujo.
También serán formas con poca simetría o desintegradas. Revisa este otro artículo que tenemos para ti sobre los diferentes problemas de aprendizaje.
Importancia de la interpretación de dibujos de niños
Aunque muchas personas puedan ver el dibujo como una simple actividad recreativa, en realidad va mucho más allá. Esta es la primera forma de comunicación no verbal que desarrollan los niños. Es una actividad que van desarrollando a medida que crecen.
A través de la interpretación de dibujos de niños, los especialistas se pueden aproximar al mundo interior del pequeño, para conocer sus posibles emociones y temperamento. Desde que se ven los primeros garabatos, se pueden sacar algunas conclusiones, muy empíricas, sobre las motivaciones del bebé.
Incluso cuando no se puede aspirar a saber qué piensa un bebé de menos de 3 años, se puede observar cómo es el desarrollo motriz de su cuerpito y cómo se estimula la motricidad. No olvides que los niños aprenden jugando y el dibujo es una forma muy entretenida para explorar texturas, formas y materiales. Al mismo tiempo, el niño va plasmando su interpretación del entorno que le rodea.
El dibujo infantil permite entonces el desarrollo de 3 habilidades muy importantes. Estas son: la emocional, la cognitiva y la motriz. También facilita posteriormente la escritura y la lectura, la motricidad fina, el desarrollo de la creatividad y la imaginación.
Por si eso fuera poco, el niño aprende a expresar sus emociones o sensaciones de una forma no verbal, va formando su personalidad y madurando psicológicamente.
Los padres, cuidadores y maestros deben aprender a respetar los tiempos y preferencias de los niños al dibujar. Se debe recordar siempre que esta es una forma de comunicación con el exterior y con ellos mismos. Lo ideal es que siempre se busque la motivación para realizar esta actividad. Debe ser un momento de relajación y disfrute para el niño, sin forzarlo.
Sin duda alguna, el dibujo, así como las demás artes, constituyen un gran impulso para el desarrollo integral de los niños y niñas. No todos tenemos las mismas aficiones y talentos para las mismas cosas. Por eso es mejor que la exploración sea desde temprana edad en diferentes actividades artísticas.
Puedes probar con el dibujo en tu propia casa, pero también puedes intentar con la música, el teatro o la escultura con plastilina. Para saber más, te traemos acá la importancia del arte en la educación infantil.
Finalmente, no debes olvidar que las evaluaciones en este campo las debe realizar un especialista. Consulta con tu pediatra para que te ponga en contacto con el psicólogo o psicopedagogo que evalúe los dibujos de tu pequeño.