¿Sabes Qué es el Síndrome de Alienación Parental?

En el artículo de hoy, hablaremos del Síndrome de Alienación Parental. Un síndrome acuñado por Richard Gardner en el año de 1985, que aun no termina de calar dentro de los manuales de diagnóstico para los trastornos mentales como el DSM o el CIE. Pero que cada año va ganando popularidad dentro de la comunidad legal y psicológica. Te explicaremos en qué consiste este síndrome, cuáles son sus síntomas, sus consecuencias en los niños y mucho más.

¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental (SAP)?

Como ya se indicó, este síndrome fue desarrollado por el psiquiatra infantil Richard Gardner en el año de 1985. Donde busca describir la presencia de una serie de conductas particulares que son evidenciadas por los niños cuando son manipulados psicológicamente por algún familiar (aunque principalmente por uno de sus progenitores), para que desarrollen un miedo sin fundamentos hacia otro familiar (generalmente hacia el otro progenitor), hostilidad o irrespeto. Todo esto, dentro del marco del proceso de custodia del menor.

Una de las características distintivas del síndrome de alienación parental, es que posee un componente legal, social y otro psicológico. Ya que este síndrome se enmarca específicamente antes, durante y después del proceso de la custodia del niño (componente legal). Por otro lado, requiere que haya un proceso de persuasión por parte de uno de los padres (componente social), para que el niño desarrolle una serie de comportamientos y cambios en su cognición específicos (componente psicológico).

Para que se entienda de una forma más sencilla, el síndrome de alienación parental se refiere a esas situaciones en las que se ve envuelto un niño cuando sus padres se divorcian u ocurre una disputa por su custodia. Donde las partes involucradas o una de ellas, busca manipular al niño para que demuestre rechazo hacía la otra parte sin una justificación legítima. Cabe destacar, que esto se da principalmente en aquellos padres que poseen una relación extremadamente tóxica y conflictiva. Otro artículo que puede ser de tu interés es: 30 preguntas sobre el bullying.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Etiología del Síndrome

Para Gardner, este síndrome se origina cuando uno de los padres busca poner al niño en contra del otro. Aunque no en todos los casos, ya que en algunas ocasiones la conducta del niño se puede ver influida por la actitud y los comportamientos de ambos progenitores. Aunque desde su teoría, da mayor importancia a la actitud de la madre en aquellos casos donde posee y demuestra fuertes sentimientos negativos y de odio hacía el padre.

Aunque cabe destacar, que este odio, suele surgir antes de la ruptura formal de la relación, cuando la pareja comienza a tener problemas y se empieza a utilizar a la figura del niño como una estrategia de manipulación dentro de las discusiones. De modo que al llegar al plano legal durante el divorcio, el niño tenga sentimientos parcializados a favor de un progenitor y en contra del otro.

Los niños que presentan este síndrome de alienación parental, poseen ideas que han sido infundadas; y realizan conductas que si bien, puede que no hayan sido explícitamente motivadas por alguno de los progenitores, han sido aprendidas por medio del aprendizaje observacional (los niños repiten las conductas que ven hacer a sus padres). Cabe destacar que para Gardner, el SAP es visto como una forma de maltratar al niño.

Para aquellos que defienden esta teoría, consideran que no se puede realizar un tratamiento efectivo en el niño, mientras continúe conviviendo con el padre o familiar que lo desencadene. En todo caso, el mismo Gardner nos advierte que antes de proceder con cualquier tipo de intervención, primero se debe hacer una evaluación para descartar que efectivamente está ocurriendo este maltrato.

Por otro lado, la evidencia de la presencia de abuso infantil es incompatible con este síndrome, esto quiere decir, que si el niño es maltratado de alguna forma por uno de los padres, inmediatamente se descarta una posible presencia de síndrome de alienación parental.

Validez y Confiabilidad del SAP

Uno de los mayores obstáculos que ha tenido este trastorno para consolidarse dentro de la comunidad científica y dentro de los manuales diagnósticos como el DCM o el CIE, es su escasa evidencia empírica. De hecho, desde sus inicios en que Gardner desarrolló y expuso su teoría, fue ampliamente criticado por profesionales de la salud como médicos, psiquiatras y psicólogos, debido a que sus postulados no poseen la suficiente validez y confiabilidad.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Esto quiere decir básicamente dos cosas:

  1. No hay suficiente evidencia empírica que permite hablar de causalidad. Para asegurar que los cambios conductuales a favor de un padre y en contra del otro progenitor que presentan los niños, cuando se encuentran en una situación donde se discute su custodia; se deba a la influencia y persuasión de uno de los padres.
  2. Por otro lado, los resultados obtenidos por Gardner no se han podido replicar en estudios similares. Ya que los resultados han sido muy variados, de manera que se pone en duda los postulados de su teoría y la rigurosidad científica de su investigación.

Estos aspectos también han limitado la validez del trastorno desde un ámbito legal. Ya que todavía no se puede utilizar este argumento, como una defensa válida durante el litigio de la custodia de un niño.

Dicho lo anterior, aprovechamos para destacar que toda lo contenido en este artículo es meramente informativo; y no debe ser utilizada con otra finalidad diferente a la de informar. Incluso en aquellos casos donde el niño presente todos los síntomas que se describirán más adelante, no se puede decir que el niño posee síndrome de alienación parental. Pues dicho síndrome no es aceptado aún por toda la comunidad científica.

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SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

De igual forma, debe ser considerado antiético y anti profesional, que cualquier profesional de la salud diagnostique dicho síndrome sin tomar en cuenta el consenso general que se tiene sobre este tema en la comunidad científica. El motivo es sencillo, estamos hablando de la salud mental de un niño, el cual susceptible a los tratamientos que se puedan llevar a cabo para solucionar el problema.

Ya en apartados anteriores se mencionó que una de las propuestas para el tratamiento de este síndrome, es distanciar el niño del progenitor que sea la causa o raíz del problema. Pero sin la suficiente evidencia empírica que apoye esta medida, estaríamos distanciando al niño de un padre o familiar sin tener la certeza de la efectividad de este tratamiento. Esto puede desencadenar otros problemas adicionales tanto en el niño como en su relación con los padres.

Por otro lado, estamos hablando de un niño, el cual posee el derecho universal a la familia. De manera que al actuar de forma irresponsable, se corre el riesgo de vulnerar este derecho. Otras entidades adicionales a la de la psicología que aún no consideran válido este síndrome son las comunidades académicas y las jurídicas.

De igual forma, hasta la fecha el SAP ha sido rechazado por dos de las entidades clínicas más importantes a nivel mundial: la Asociación Americana de Psicología (APA) y la Organización Mundial de la Salud. Por ende, no podrás encontrar información sobre este síndrome en ninguno de sus manuales diagnósticos (DSM y CIE).

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Aun así, el camino no esta completamente bloqueado, pues se ha discutido en varias ocasiones el incorporar este síndrome a los manuales diagnósticos, donde la última vista se dio en diciembre del año 2012.

En Inglaterra y Gales en el Reino Unido, se conformó una comisión de expertos para evaluar el caso del síndrome de alienación parental; en ambos casos, dando un fallo al respecto. Lo mismo ocurrió con el departamento de justicia de Canadá que emitió un comunicado donde recomendaban evitar su uso.

Aun así, esto no ha evitado que en algunas cortes de los Estados Unidos se haga mención del SAP. Donde el principal argumento que se daba, era una descripción del mismo Gardner afirmando que el poder judicial contaba con distintos precedentes para acceder. Pero en el 2006, luego de un análisis legal a detalle de los casos determinó que esta afirmación estaba equivocada.

Los principales defensores de teoría, son los padres que se han visto afectado y distanciados de sus hijos producto de fallos legales. Quienes buscan hacer cambios legislativos que les permitan aprobar leyes para proteger a sus hijos distanciados de los servicios de protección y asistencia en la niñez. Otros que también están a favor de está teoría, son algunos abogados especializados en los casos de divorcios. Que con el paso del tiempo, se han ido capacitando sobre el tema.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Aunque claro, esto no quiere decir que sea la mayoría de la comunidad jurídica los que apoyan el SAP, de hecho; es todo lo contrario. Pues en una encuesta que se realizó en toda la comunidad de abogados y jueces sobre el área, se determinó que la gran mayoría está en contra del síndrome de alienación parental, pues consideran que no posee todos los criterios mínimo necesarios para ser admitidos en una corte.

Autores como el doctor Miguel Lorente Acosta, profesor de medicina legal de la Universidad de Granada, indican que este síndrome lo único que hace es impedir que se descubra los verdaderos motivos por los cuales un hijo llega a rechazar a su padre, madre u otro familiar.

Una tercera comunidad aún más reducida de seguidores que apoya el SAP, consiste en profesionales que laboran como peritos en divorcios complejos y controvertidos. Donde afirman que los niños son simples piezas que han sido manipuladas por sus padres para apoyar o desmentir puntos de vistas de sus progenitores, que en algunos casos; buscan ocultar maltratos y abusos físicos y psicológicos reales en los niños.

Muchos profesionales consideran que el principal problema de los postulados de Richard Gardner, es querer hacer pasar como investigación científica, postulados que se sustentan principalmente por la razón y la lógica. Lo cual, va en contra del método científico.

La respuesta de aquellos que abogan por esta teoría, es que la ciencia y los terapeutas en general, aún no posee las herramientas y los recursos necesarios para atender de manera adecuada este problema. Además, afirman que las leyes deben endurecerse con aquellos padres y familiares que debido a sus manipulaciones, provocan que el niño no quiera tener contacto con alguna de las partes.

Si visitamos el sitio oficial de la Asociación de Psicólogos Americanos (APA), podremos encontrar un comunicado oficial donde niegan la existencia del síndrome de alienación parental, donde incluso describen las posibles amenazas de ocultar el maltrato a los niños abusados utilizando el SAP como una excusa. Agregando que incluso han ocurrido casos donde la corte ha ignorado o descalificado la declaración del niño.

A su vez, la APA indica que no existe evidencia contundente que afirme un mayor incremento en declaraciones falsas por parte de los niños debido a la manipulación de alguno de los padres u otro familiar cercano al momento de licitar un divorcio.

En la actualidad, solo en Brasil se ha logrado reconocer el síndrome de alienación parental como un argumento válido en la corte. De modo que es regulado y condenado en consecuencia. Del resto, solo se puede encontrar información de casos aislados que han sido llevados a la corte ante jueces específicos. Pero en la mayoría de los casos, toda evidencia de SAP que sea presentada en un tribunal será descartada como argumento válido.

 

Desde una perspectiva pragmática se busca dos cosas:

  1. Abogar por el cambio de la custodia del menor.
  2. Utilizar el SAP como un medio para modificar la conducta del niño respecto al familiar o progenitor que se ve afectado.

Cuadro Clínico

Hasta este momento, hemos hablado sobre la definición del síndrome de alienación parental y todo los aspectos relacionados sobre su validez. Pero, más allá de esto; ¿en qué consiste?

Según Gardner, existen tres modalidades diferentes en que se puede presentar el SAP según la intensidad del condicionamiento que presente el niño: de forma leve, moderada y grave u agudo. Donde cada categoría condiciona el tipo de tratamiento que el niño debe recibir.

Cuando los padres están en el proceso de separación y seguidamente; el divorcio, es inevitable que el niño no se vea afectado por todo lo que ocurre. Es acá, cuando se ve la influencia del familiar o padre «Alienador», que pone en práctica una serie de estrategias para  modificar la conducta y las actitudes del niño (lo que muchos coloquialmente podrían describir como «lavar el cerebro»).

Aquellos niños que se ven afectados, desarrollan un odio patológico sin justificación aparente hacia un progenitor alienado. Lo que desencadena una serie de consecuencias para las áreas físicas, cognitivas, sociales y emocionales del niño.

Otro tema igual de interesante que el síndrome de alienación parental es: Psicomotricidad.

En primer lugar, altera la percepción que se tiene del progenitor afectado, disminuyendo el nivel de afecto que recibe por parte del niño así, como de la valoración social que generalmente se merece. Esto provoca que el niño se sienta avergonzado de la vinculación que existe entre ambos, llegando a rechazarlo abiertamente en público.

Esta forma de rechazo no afecta al niño a nivel físico, pero si desde un ámbito psicológico y emocional durante mucho tiempo. Lo que incrementa la probabilidad de que el niño, al ser padre reproduzca las mismas conductas que fueron aprendidas por parte del padre o familiar alienador.

Muchos defensores del SAP, utilizan está teoría como argumentación en casos de abuso sexual infantil y pederastia.

Síntomas

Para empezar, Richard Gardner considera que el síndrome de alienación parental posee un carácter netamente médico, en vez de psicológico. Esta deducción la hace a través de un razonamiento analógico que no posee respaldo empírico. Donde equipara en cierta medida el SAP con el síndrome de Down, intentando hacer que converjan distintos síntomas dispares. En todo caso, los síntomas principales propuestos son los siguientes:

  1. Debilidad en las racionalizaciones del niño, llegando a ser absurdas y frívolas.
  2. El niño ha estado inmerso en una campaña de denigración y de desvalorización hacia uno de los progenitores.
  3. Carencia de ambivalencia. Lo que lleva a pensamientos extremos y opuestos entre ambos progenitores: para el niño uno de sus padres es bueno mientras que el otro es malo, uno está en lo correcto y el otro equivocado, etc.
  4. Mayor nivel de apoyo hacia el padre alienante.
  5. Se puede observar la presencia del «pensador independiente», donde el niño es incapaz de ver que sus pensamientos no son suyos pero los utiliza como propios.
  6. El uso de argumentos ajenos.
  7. El niño es indoloro ante la actitud de rechazo que muestra hacia su progenitor.
  8. Hay una mayor vinculación con los familiares y amigos del padre alienador.

Estos son los síntomas básicos con los cuales se intento probar frente a las leyes, el síndrome de alienación parental frente a los tribunales y las entidades clínicas.

Diagnóstico

Debido a que el SAP no posee aceptación dentro del ámbito jurídico ni clínico, Gardner motiva a los peritos encargados de atender un caso, a que lo coloquen de igual manera dentro de los informes respectivos junto con cualquier otra patología que se evidencie en el niño o en cualquiera de los padres.

Así, aunque el jurado no reconozca como válido el diagnóstico del síndrome de alienamiento parental, al menos lo tendrá presente al momento de contrastarlo con cualquier otro trastorno del DSM.

Para Gardner, el diagnóstico diferencial es un argumento cíclico que usa la reacción de la persona afectada como síntoma. Además, muestra poco interés en realizar un diagnóstico con el escrutinio que se debe emplear en estas situaciones (razón adicional por la que su teoría no posee tanto apoyo). Colocar estos diagnósticos juntos producían cierto sesgo que afectaba el prestigio y la seriedad del informe al equiparar un inexistente síndrome SAP con cualquier otro encontrado en el DSM.

Tratamiento

El tratamiento según Gardner, consiste en «desprogramar» las enseñanzas inadecuadas que adquirió el niño por parte de su progenitor o familiar alienador. Para que de esta forma, sea capaz de aceptar de nuevo al padre rechazado.

Entre las estrategias sugeridas por Richard, recomienda que el niño en primera instancia comience a compartir más tiempo con el padre que es rechazado, teniendo visitas obligatorias. Aunque en las situaciones más extremas sugiere que haya un cambio de custodia y el niño se mude con el progenitor rechazado a su casa.

Un aspecto clave a considerar, es el nivel de adoctrinamiento que tuvo el niño. Ya que mientras mayor sea el rechazo y la hostilidad que el niño presente, peor será el diagnóstico del síndrome de alienación parental. Por ende, más intenso debe ser el tratamiento.

Desde una perspectiva conductual, se puede comparar como un tratamiento por saturación. Esto quiere decir, que se obliga al niño a pasar la mayor cantidad de tiempo que sea posible con el progenitor rechazado para que poco a poco disminuyan estos sentimientos de rechazo.

Como se mencionó en apartados anteriores, Gardner atribuye un mayor nivel de frecuencia en cuando a las figuras alienantes a las madres, aunque no la describe como las únicas con esta capacidad para programar al niño, ya que también puede ser el padre o algún familiar quien cumpla este rol. Por ejemplo, en algunos casos puede ser algún hermano mayor, un tío o incluso un familiar cercano de la familia.

Lo que se debe tener presente, es que la persona que ejerza este rol, suele tener sus propios intereses. En el caso de uno de los progenitores puede ser por venganza hacía el otro o para tener una mejor posición frente al juez. En el caso de algún hermano, puede ocurrir que lo haga como una manera de agredir a su progenitor, debido a sus propias cicatrices del abuso que recibió.

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En todo caso, según este autor suele ser la madre la principal beneficiada, mientras que el padre es el denigrado. La causa de esto, se puede deber a que la madre convive por una mayor cantidad de tiempo con el niño respecto al padre. Además, al ser la encargada de atender al niño y de cuidar de él, suele generar un mayor vinculo afectivo. Aunque esto no es así en todos los casos.

Al momento de realizar la evaluación correspondiente, se recomienda que el sexo del terapeuta sea opuesto al padre alienante. Es decir; si es la madre quien se ha encargado de programar al niño, lo aconsejable es que el terapeuta sea de sexo masculino, mientras que si es el padre quien es el responsable de manipular al niño, lo recomendable es que el sexo de la terapeuta sea femenino.

La razón de esto, es para evitar que haya afinidad y condescendencia entre el terapeuta y el progenitor alienador.

Por otro lado, el único terapeuta que debería continuar con el tratamiento es aquel que hizo el diagnóstico del síndrome de alienación parental. Que en la mayoría de los casos, es el que sugiere que se realice el cambio de custodia del menor.

Aunque Richard Gardner también sugiere, que se evite que el terapeuta del padre alienante sea quien trate al niño, que en teoría; suele tener mayor afinidad con ese progenitor. Lo cual, puede obstaculizar el proceso de tratamiento en el niño.

Recomendar que el niño sea trasladado a vivir con el padre que es odiado, es útil en los casos de síndrome de alienación parental moderado y agudo. Lamentablemente, en estos casos extremos donde se requiere mayor colaboración por parte del padre alienante (que generalmente es la madre), suele haber mayor resistencia al tratamiento.

Lo cual es coherente con el comportamiento que ha venido mostrando hasta ese momento. Dicho de una forma más sencilla; si el padre o la madre ha mentido, difamado y manipulado al niño para ponerlo en contra del otro progenitor, no es de extrañar que sea resistente al tratamiento del niño. De hecho, es uno de los aspecto que se deben tener en cuenta desde el marco legal, porque en muchas ocasiones habrá que colocar límites legales para que las medidas que se consideren oportunas para el tratamiento del niño, se puedan ser realizar.

Por ejemplo, en aquellos casos donde la custodia pasa a manos del otro progenitor. Es frecuente ver como el padre que ha perdido la custodio infringe los acuerdos que se establecieron en la corte apareciendo en el colegio del niño para buscarlo a la hora de la salida, visitandolo en sus actividades extracurriculares, llamando para hablar con él (o ella), etc.

Otro inconveniente que se da cuando los niños cambian de custodia en casos agudos de SAP, es que el niño posee tanto rechazo hacia el padre, que comienzan a mostrar muchas conductas desviadas. No hacen caso ni siguen las normas, hay una falta de respeto constante hacia el padre y el resto de personas que convivan con él en el hogar. Los niños pueden llegar a escapar de sus casas para ir a encontrarse con el progenitor que lo programó, etc.

El problema en estos casos, es que el mejor tratamiento para el niño, es el distanciamiento con el padre manipulador. Pero al hacerlo, el niño pensará que se toma esta medida como una agresión hacía él, y hacia su padre manipulador (recordemos que el niño es inocente, e incapaz de percatarse de que ha sido objeto de manipulación).

Desde el punto de vista terapéutico, este autor considera que el tratamiento requiere cierto grado persuasión, al punto de llegar a la manipulación. Ya que en muchos casos, al tratar con niños que poseen el síndrome de alienación parental, están cómodos utilizando métodos poco convencionales de terapia que se caracteriza por una mirada autoritaria al tratamiento.

Para el terapeuta, resulta complicado emplear la terapia como una estrategia para trata el SAP. Debido a que el niño se encuentra desde el primer momento en rechazo de cualquier comentario e idea que busque apoyar al progenitor al cual se le adiestró a verlo como el malo de la película. Esto provoca además, que el niño este reactivo y responda con agresiones que suelen seguir el mismo ejemplo que el del padre manipulador.

Es decir, el niño replicará las conductas y comentarios que se le enseño que debía repetir: mi padres es malo porque me trata mal, mi padre no me quiere, etc. Esta postura del infante, requiere un abordaje ingenioso por parte del terapeuta. Ya que a diferencia de un adulto, la capacidad reflexiva y de análisis del niño es menor, lo que implica; que puede ser más complicado lograr que reconozca que su estancia con su padre manipulador no es la mejor opción para su bienestar físico y emocional.

Por ende, una buena estrategia que siempre se debe emplear (en la mayoría de los casos), es comunicarle a los niños que aunque ahora vivan con su otro progenitor. No significa que perderán el contacto con el padre manipulador.

Además, es importante aclarar el porqué de las medidas que se están tomando. Ya que si no se les aclara de forma explícita lo que está ocurriendo, los niños idearán sus propias hipótesis de la situación que están viviendo. Y dado que su percepción está sesgada, será natural que se victimice a él y al padre manipulador asignando la culpa al progenitor con el que deberá vivir a partir de ahora.

El terapeuta también deberá ser capaz de emplear la «terapia de la amenaza». Esto implica, que debe tener la capacidad de presionar y de realizar coerción en el paciente. Lo cual, es poco común de ver en la práctica psicológica. Esto quiere decir que son muy pocos los psicólogos calificados para aplicar este tipo de terapia, ya que va en contra de las metodologías tradicionales.

De igual forma, la corte debe estar al tanto de estos métodos y aprobarlos. Ya que en muchos casos suele haber resistencia por parte del juez para permitir que se ponga en práctica este tipo de maniobras coercitivas.

El cambio de custodia no es la primera herramienta que se debe utilizar. Antes de plantear esto, se recomienda intentar emplear otras estrategias o recursos menos agresivos para el niño. Una vía alternativa, consiste en amenazar a la madre diciéndole que deberá permitir al padre que visite a sus hijos en su casa o en caso contrario se los quitaran. El término acuñado para esta estrategia se conoce como «Intercambio de Prisionero».

Otras alternativas para ejercer presión en el progenitor manipulador, consiste en amenazar económicamente (sobre todo cuando el padre que esta siendo vulnerado es el sostén económico del hogar). A su vez, se puede amenazar con enviar al progenitor alienante a la cárcel; aunque en estos casos dependerá de la gravedad de la situación. Una tercera opción, consiste en amenazar con internar al niño en un hospital psiquiátrico para que sea atendido.

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En los casos más extremos en el que los niños presenten un rechazo extremo hacia uno de sus progenitores, donde ninguna de las estrategias mencionadas haya mostrado signos de mejoría, y el niño comienza a escapar de su casa (sobre todo en casos donde el niño es de muy corta edad), se aconseja que sea trasladado a una casa hogar, hospital psiquiátrico, a un reformatorio o refugio temporal.

Este aislamiento del niño de su hogar y de sus padres suele ser muy punitivo, lo que permite que el infante medite su decisión de no compartir, aceptar o visitar al progenitor rechazado.

Cabe destacar, que estas estrategias de intervención poseen una raíz conductual. Donde se busca en cierta forma, reforzar la separación del progenitor manipulador con el niño. Así se asegura que el niño no pueda seguir aprendiendo conductas negativas y de rechazo hacia el otro progenitor.

Dicho esto, es usual que se restrinja la comunicación al mínimo entre el niño y el padre manipulador, tanto físicamente como por otros medios como las llamadas telefónicas. Ya que solo basta un pequeño instante de tiempo para que se presente una recuperación espontánea.

En términos más sencillo de digerir: si el niño tiene tiempo recibiendo tratamiento y comienza a mejorar. Disminuyendo poco a poco el nivel de rechazo que tienen hacia uno de los padres, aceptando y compartiendo más con él. Pero de un momento a otro, tiene contacto con el otro progenitor tóxico, donde éste vuelve a introducir ideas conspirativas en el niño. Será más propenso a tener una recaída y a volver a mostrar ideas y comportamientos de rechazo como las tenía al inicio del tratamiento.

Además, suele ocurrir en esos casos que el padre del que es alejado el niño y que de por sí, ya alberga sentimiento de odio y de resentimiento, buscará utilizar al infante como un medio para herir y lastimar al otro padre. Pensando de forma egoísta sin tomar en cuenta que es lo mejor la salud mental del niño.

El tiempo que se recomienda que esté separado el niño del padre manipulador varía según el nivel de adoctrinamiento que presente el niño. Casos extremos requieren de meses de distanciamiento e incluso años. Cuando esto pasa, se debe hablar con el niño y explicar de forma detallada porque será alejado de su otro padre o madre por tanto tiempo. E indicarle que dicho distanciamiento no significa que más nunca podrá volver a verlo. Ya que es una medida temporal mientras todo se soluciona.

Los terapeutas que atienden estos casos de síndrome de alienación parental deben tener la firmeza suficiente para oponerse a los reclamos del niño cuando este solicite ver a su padre manipulador. Ya que ceder en este aspecto, solo fomenta el afianzamiento de la alienación. Es decir, no se debe ceder ante los caprichos del niño.

Por otro lado, se debe tomar con sumo cuidado la información que el niño diga respecto a ambos padres, ya que al haber sido manipulado, es probable que mienta respecto a lo que realmente suceda en su interacción con ellos.

Por un lado, puede decir que esta siendo abusado física y verbalmente por uno de sus progenitores, siendo totalmente falso estas acusaciones. Mientras que repite de manera automática lo bien que se siente estando con uno de sus padres, pero claro; esta idea muy probablemente fue puesta ahí por la madre.

Asumir que todo lo que el niño diga es verdad durante la terapia, resulta contraproducente para el tratamiento. Por ende, se debe parar en seco al niño cuando comience a emitir este tipo de acusaciones. En estos casos, se debe hablar con el niño y aclarar lo que es cierto y lo que es falso. Por otro lado, se debe explorar si estas falsas acusaciones son producto de su imaginación o han sido infundadas por alguno de sus progenitores.

Para detectar la raíz de la mentira, y si esta proviene del progenitor o del niño, lo mejor que se puede hacer es enfrentarlos cara a cara. Generalmente lo niños no son capaces de mantener una mentira cuando son confrontados con los padres. Al final, siempre terminan retractándose.

Los niños con síndrome de alienación parental coinciden con su manipulador, en que ambos poseen las mismas fantasías paranoides de abuso. Aunque ojo, en el caso de la madre puede que si haya abuso real. En todo caso, lo delicado del asunto radica en que el niño puede llegar a sufrir ataques de pánico al ir a la casa del progenitor que supuestamente abusa de él. En otros caso, ocurre que el niño muestra signos de terror y huye despavorido al verlo o se intenta ocultar.

Estos síntomas pueden ser tan marcados, al punto de alcanzar el espectro de lo psicópata, al ser incapaces de sentir empatía por el malestar que le causan a su progenitor, con su rechazo y falta de gratitud por el cariño y los presentes que reciban de él.  En el caso de los regalos, puede ocurrir que los niños lo tiren al piso o busquen destruirlos como una forma de venganza por lo que esta ocurriendo.

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Otra característica de las sesiones terapéuticas de los niños con SAP, es que carecen del criterio de confidencialidad de una sesión de terapia normal. Toda la información que sea recolectada en la consulta, puede ser utilizada por los abogados para litigar por la mejor opción para el futuro del niño. Aunque el mismo terapeuta puede realizar peticiones al juez en caso de que lo considere pertinente.

Para los padres manipuladores, el tratamiento del síndrome de alienación parental resulta muy difícil de asimilar y aceptar en muchas ocasiones, porque se genera ese sentimiento de que el niño le será alejado de forma permanente. Lo que es una idea equivocada. Ya que la finalidad del tratamiento es desprogramar al niño del aprendizaje que le ha sido impuesto. Por ende, debe quedar claro que nunca se busca como finalidad, apartar al niño en su totalidad de cualquiera de sus padres.

Richard hace hincapié en la importancia de tratar el SAP en colaboración con las entidades jurídicas. Indicando que no se puede abordar este síndrome de forma aislada desde el ámbito de la salud. De igual forma, indica que al momento de presentarse un problema legal de este tipo en la corte. Se requiere de la intervención de un terapeuta para evaluar la gravedad del daño en el niño y comenzar el proceso de tratamiento.

También menciona la importancia que tiene el juzgado para respaldar con sus decisiones, las medidas que decida tomar el terapeuta. Por ejemplo, de nada sirve que el terapeuta indique que lo mejor para el tratamiento del niño, es que deje de convivir con el padre que lo programa y manipula, si el jurado no toma acciones legales que respalden esta medida.

Para tener una idea respecto a cómo debería ser llevado el tratamiento con el niño por parte del terapeuta, a continuación te mostraremos algunas preguntas que Gardner sugiere utilizar en su artículo de «Terapia familiar en el tipo moderado de síndrome de alienación parental» en una niña de seis años que se encuentra reacia para visitar a su padre:

  • ¿Qué harías si el juez determina que si no vas a ver a tu padre, él ya no aportará dinero para ayudar a tu mamá con la comida?
  • ¿Qué harías si el juez te dice, que si no vas a ver a tu papá, él ya no le dará dinero a tu mamá y ella se quedará sin dinero?
  • ¿Qué harías si el juez te dice, que si no vas a ver a tu padre el fin de semana, meterá a tu madre a la cárcel?

Consecuencias del SAP

Según este autor, los niños que sufren de este síndrome ven fuertemente alterado sus propios procesos de razonamiento, debido a que se desarrolla una dependencia de los pensamientos de su progenitor manipulador. Es decir, los niños tienen dificultades para alcanzar una autonomía de pensamiento. Donde comienzan a mostrar una necesidad de validación en cuanto a sus ideales por parte del padre alienador.

Esto provoca que muchos niños al comenzar el tratamiento, tengan la necesidad de entablar comunicación con el padre manipulador para preguntar si su otro progenitor realmente es malo. Si todo lo que le dice el terapeuta o el juez es cierto. Aunque claro, la edad mental del niño también influye en este proceso. Niños más pequeños tienen una menor probabilidad de desarrollar una autonomía de pensamiento, pues la verdad es aquella que le cuentan las personas que poseen su confianza.

Por otro lado, es común que al crecer estos niños desarrollen y muestren las mismas frustraciones y fracasos que posee su padre alienador. La razón es sencilla, este padre interrumpe y coacciona la libertad de pensamiento del niño. Donde de forma subliminal le indica que el camino a seguir y los pensamientos que debe tener, son los mismos que el padre posee.

Aunque acá hay que aclarar que este proceso se da de manera natural en cualquier relación de padre e hijo. Todos los padres educan a sus hijos para que estos hagan lo que ellos consideran que es lo correcto. Es así como los niños aprenden sobre valores, buenos modales; pero también groserías, conductas desviadas, pensamientos racistas, etc. La diferencia con los niños con síndrome de alienación parental radica en dos aspectos principales:

  1. Por un lado tenemos esa dependencia de pensamiento que tiene el niño, donde incorpora solo los aprendizajes del padre manipulador. Convirtiéndose en menor o mayor medida en un títere que solo replica lo que escucha y que poco a poco desarrolla un filtro, que le impide aceptar los consejos y enseñanzas del padre que es rechazado.
  2. El segundo punto, está relacionado con una de las características de la adolescencia. Cuando el niño llega a la pubertad, comienza a cuestionarse todos los valores y enseñanzas que le fueron inculcados por sus padres. Permitiendo así, seleccionar e incorporar a su personalidad aquello que considere bueno o útil, y rechazar todo lo que le desagrade o esté en contra de sus ideales. El problema, es que los niños con SAP tienen un menor nivel de autonomía. Por ende, hay menor probabilidad de que se den estos cuestionamientos y que el niño desarrolle un autoconcepto sano independiente.

La relación entre el padre rechazado y el niño se termina de dañar si al pasar el tiempo no se interviene. El niño seguirá construyendo una imagen negativa de su progenitor hasta un punto donde la relación quedará totalmente destruida.

Para el progenitor suele ser muy frustrante y desgastante física y emocionalmente. Ya que en estos casos suelen hacer un enorme esfuerzo por recuperar la atención y afecto del niño. A largo plazo, este distanciamiento puede generar problemas emocionales en el padre, que puede comenzar a desarrollar trastornos afectivos como ansiedad o depresión.

El padre manipulador o alienante, vuelve una práctica cotidiana con el niño, el desviar la culpa de los problemas que ocurran indicando que la causa siempre se da debido al otro progenitor. Esto se convierte en su mecanismo de defensa para aliviar la culpa de sus propias frustraciones e incapacidades respecto a las necesidades que no puedan ser cumplidas para el desarrollo del niño.

Por ejemplo, si el niño no puede recibir el juguete que quería para navidad, la culpa es del otro padre que no lo compro. Si se iba a realizar un viaje de vacaciones y debió ser cancelado, la culpa es del otro progenitor que no pudo pagar el viaja o conseguir pasajes para el avión, etc.

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SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Controversias y Posturas Actuales Sobre el SAP

Con este artículo no buscamos apoyar la teoría del síndrome de alienación parental. Por el contrario, buscamos informar al lector sobre los distintos aspectos relacionados con ella, indicando los puntos a favor y en contra que posee. Ya hemos hablado sobre que trata, sus causas y las consecuencias que posee en la vida del niño y de los padres. También se dio un pequeño abre boca, donde indicamos que dicha teoría posee poca aceptación en la comunidad científica, jurídica y psicológica.

Pues bien, ahora profundizaremos un poco más sobre esto último. Describiendo los motivos por los cuales hay tantos opositores al respecto, desde las distintas aristas con la que se puede mirar el problema.

Desde el Ámbito Psicológico

Son pocos los profesionales de la psicología que abogan por esta teoría, debido a la naturaleza en la que se presenta la condición del SAP. Según su autor, esté cuadro patológico está enmarcado dentro de la separación de pareja, cuando hay niños de por medio y son utilizados por una de las partes para lastimar y herir a la otra parte. El problema comienza en que la condición del niño más que una enfermedad, es una consecuencia directa de la conducta del padre manipulador.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Por otro lado, no se ha logrado demostrar empíricamente la causalidad del impacto del progenitor manipulador y su efecto para alterar la percepción del niño hacia su otro padre. De hecho, hay muchos estudios realizados sobre el tema que han encontrados resultados contradictorios.

Ejemplo, el Departamento de Justicia de Canadá indico que luego de realizar unos estudios sobre el tema, encontró que no hay suficiente evidencia para hablar de un síndrome de alienación parental. Por el contrario, hallaron que los niños que se ven envueltos en una situación de separación con los padres, buscan de forma activa mantener una buena relación con ambas partes.

Claro, hay situaciones extraordinarias donde el niño efectivamente se ve sumiso y adoctrinado por uno de los progenitores. Pero en esos casos existen otras variables que se deben considerar, ya que posiblemente juegan un papel importante en el problema. Por ejemplo: la cantidad de tiempo que pasa el niño con cada uno de los padres, el tipo de relación que el niño tiene con ellos, características propias de personalidad (tanto del niño como de los padres), entre otras.

La definición formal que se da sobre este síndrome es ambigua y carece de síntomas específicos bien establecidos y delimitados.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Otro problema que tienen muchos psicólogos para aceptar esta teoría, es el ruido que genera que se le de mayor énfasis al efecto manipulador y programador de uno de los padres en el niño, que las consecuencias emocionales que dicha relación generen en él. Esto puede estar ligado a la relevancia legal que tiene este síndrome. Siendo esto último, otro de los motivos por el cual este trastorno no es visto con buenos ojos.

Una patología, un trastorno o un síndrome cognitivo y emocional que afecta el sano desenvolvimiento y desarrollo de un niño, debe tener prioridad sanitaria en vez de jurídica.

No genera buena publicidad que los principales interesados en que se consolide esta teoría en los manuales diagnósticos sean abogados y padres que están en proceso de litigio por la custodia de sus hijos. Ya que esto habla de la finalidad que se esconde detrás del SAP, lograr que los padres tengan una carta a su favor para luchar la custodia de los niños.

Muchos psicólogos indican que otra deficiencia del síndrome de alienación parental es que se utiliza en muchas ocasiones como una excusa para enmascarar el maltrato infantil. Ya que a pesar que está explícitamente establecido que un niño que posea abuso infantil no puede ser diagnosticado con SAP. Cuando se hace alusión a este síndrome, se suele desviar la atención de otros aspectos que son igual de relevantes en la vida del niño.

Por ejemplo, los padres manipuladores en muchas ocasiones suelen abusar del hijo, aunque estas agresiones están enmascaradas y son menos perceptibles para el infante. Quien a su corta edad, es aún muy inocente para percatarse de algunas cosas que ocurren a su alrededor. Un padre que le dice a su hijo que deje de saludar a su madre porque ella supuestamente no lo quiere. Es una agresión no solo a la madre, sino también al niño; ya que se le vulnera su derecho a la familia.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

El síndrome de alienación parental también es criticado por ser de cierta forma sexista, ya que atribuye teóricamente que en la mayoría de los caso, quien manipula al niño es la madre. Mientras el padre es la figura rechazada. Esta idea se sustenta en sesgos culturales y sociales como por ejemplo:

  • El hombre es el encargado de trabajar y ser el sustento económico de la familia.
  • La madre es la figura que pasa más tiempo con el niño y la encargada directa de su educación.

Desde el Ámbito Metodológico

La principal piedra en el zapato de esta teoría, sin duda son todas las fallas metodológicas que presentan sus investigaciones más importantes. Por otro lado, los resultados obtenidos han sido refutados en investigaciones posteriores. Además, desde el ámbito médico, se necesita de una precisión correlativa y estudios detallados de los síntomas para poder justificar el diagnóstico del síndrome de alienación parental.

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Es decir, por donde se vea, esta teoría presenta fuerte fallas que ponen en duda su veracidad:

  1. Las investigaciones y experimentos más importantes sobre el tema, presentan fallas metodológicas que ponen en duda la fiabilidad de los resultados.
  2. Ha resultado imposible determinar la causalidad de la teoría. Es decir, hay problemas en cuanto a la validez.
  3. Muchas investigaciones sobre el SAP poseen un carácter descriptivo. Lo que es insuficiente para otorgarle el título de «síndrome» desde un punto de vista científico/médico.

El propio Gardner afirma que muchas de sus conclusiones se deben a una extensa observación de múltiples casos de «trastornos» que se dan en niños, cuando los padres se encuentran en una disputa legal por su custodia. Como se puede apreciar, al final todo se resume a la percepción personal que posee sobre todos los casos estudiados. Lo cual, no es suficiente para convertir sus postulados en un trastorno admisible por los manuales diagnósticos.

De hecho, los trabajos de Richard Gardner sobre el síndrome de alienación parental poseen tan poca credibilidad, que nunca fueron publicados por ninguna revista científica o universidad. Debió publicar todos sus libros a través de una editorial de su propiedad. Como dato curioso, cabe acotar que dicha editorial nunca llegó a publicar libros de ningún otro escritor o investigador científico.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Para la comunidad científica, toda teoría o conocimiento científico debe ser abstracto y no rebajarse a la categoría de pseudociencia o pre-ciencia. Con esto queremos decir, que no se puede considerar como válido (científicamente hablando), cualquier información que posea el suficiente sustento empírico ni cumpla con los criterios de la ciencia: que sea falible, replicable, exacto, etc.

Estos problemas se evidencian en gran medida en el instrumento que ideó Gardner para determinar el nivel de SAP que presentan los niños. Dicho instrumento se conoce como «La Escala de Validación del Abuso» (SAL). Todos los reactivos del instrumento están basados netamente en la observación personal del autor y no cumplen con los criterios psicométricos establecidos por la comunidad científica.

En todo caso, Richard busco disminuir estas deficiencias agregando referencias de investigaciones que datan de 1982 y 1987 que además, nunca fueron publicados. Lo cual, incluso en caso de tener cierta validez, son estudios demasiado antiguos que requieren de una replicación actualizada garantizar la fiabilidad de su instrumento.

Cosa que hasta el día de hoy, aún no se ha podido completar. Es decir, se han hecho investigaciones al respecto, pero no se han podido obtener los mismo resultados expuestos por Gardner de sus observaciones.

Por ende, el síndrome de alienación parental es reducido a un cúmulo de pruebas anecdóticas recogidas por Gardner durante su experiencia en la consulta privada.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Desde el Ámbito Legal

Como se indicó en apartados anteriores, los principales defensores de esta teoría no son psicólogos, sino abogados y padres que se encuentran en conflicto por la custodia de sus hijos. Desde una perspectiva legal, el síndrome de alienación parental resulta bastante útil para ser utilizado en la corte por uno de los padres que desee conseguir la custodia de su hijo.

Si el niño presenta esta condición, quiere decir que en cierta manera el padre manipulador esta educando de manera incorrecta al niño. Lo que resulta en un argumento muy útil para utilizar en la corte. De antemano se esta descalificando las capacidades paternas o maternas de los padres mientras que se aboga por la custodia del niño, asumiendo que es la mejor medida que se puede tomar al respecto.

Es decir, uno de los padres se victimiza frente a la corte, mientra que se desacredita a la otra parte. A su vez, se tiene una excusa perfecta para justificar porque el niño no se muestra tan cercano con el progenitor.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

Las leyes de la mayoría de los países, donde hay una situación de conflicto por parte de los padres,respecto a la custodia de un menor, suele dar prioridad al progenitor con el que el niño se muestre más afectivo. Claro, siempre y cuando se garantice que el niño tendrá todas sus necesidades básicas cubiertas. Está forma de operar es opuesta a lo que establece el síndrome de alienación parental.

Desde el marco legal, también se ha criticado duramente el SAP, por ser empleado para ocultar situaciones donde el niño realmente rechace al padre sin que haya la manipulación de la madre u otro familiar. En estos casos, el niño generalmente a sido victima de abuso por parte del progenitor que es rechazado; o ha sido testigo de situaciones de abuso. Por ejemplo, ver como el padre golpea a la madre cuando discuten o ver como la madre lastima verbalmente al padre durante una discusión.

También se evidencia rechazo hacía los padres por parte del niño en situaciones de crianza negligente. Cuando el niño vive en una casa donde alguno de los padres no le presta atención, ni está atento para satisfacer las necesidades que éste requiera. En estos casos, los padres pueden llegar a perder el derecho a ser tutores legales del menor.

Son pocos los psicólogos que realmente se toman en serio el síndrome de alienación parental. Donde la mayoría de ellos, suelen estar ligados al área profesional de la evaluación y la terapia para el ámbito jurídico.

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¿El SAP viola los derechos de los Niños?

Otro aspecto negativo de este síndrome, es que condiciona el abordaje que se asumirá con el niño. Ya que de entrada, se pone en tela de juicio todo lo que pueda decir. Asumiendo que gran parte de lo que expresa es mentira.

Esto quiere decir, que se trata a los niños como si fueran mentirosos y no se le da la importancia debida a las posibles acusaciones de abuso que pueda verbalizar. A su vez, se asume que todo lo que el padre manipulador diga tiene una doble intencionalidad.

Para finalizar, solo resta decir que se debe tener mucho cuidado con el uso que se le da a la información descrita en este artículo. No podemos olvidar que la primera persona que sufrirá las consecuencias, es el niño al que se acuse de tener el síndrome de alienación parental. Quien será distanciado de forma premeditada de uno de sus progenitores, lo cual; como se mencionó anteriormente, afectará su desarrollo físico, cognitivo y emocional.

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